Mons. Buenanueva: 'Se nos ha confiado una esperanza que debemos compartir'
- 4 de junio, 2025
- San Francisco (Córdoba) (AICA)
En la fiesta de la Ascensión, el obispo de San Francisco animó a los fieles a renovar la esperanza cristiana y a anunciar con valentía que la vida tiene una meta que nos trasciende.

En su reflexión semanal con motivo de la solemnidad de la Ascensión del Señor, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva meditó sobre el pasaje del Evangelio de Lucas: "Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo" (Lc 24, 50-51), y el texto de la carta a los Efesios: "Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados?" (Ef 1, 17-19).
El obispo de San Francisco destacó que la Ascensión es un momento clave del misterio cristiano, en el que Jesús, como sacerdote, asciende al cielo bendiciendo a sus discípulos. Una imagen que resuena en la vida cotidiana de la Iglesia: "Como hacemos los sacerdotes. O también un papá o una mamá con sus hijos".
Observando el arte sacro de la catedral de San Francisco, monseñor Buenanueva mencionó la imagen del panel derecho del templo, donde se representa a Cristo sacerdote bendiciendo a su pueblo, una expresión visual de la esperanza cristiana: que los miembros del Cuerpo de Cristo -la Iglesia- sean llevados al cielo, donde ya ha llegado su Cabeza.
"La esperanza a la que estamos llamados -reflexionó- debemos aprender a valorarla y, sobre todo, anunciarla a los demás." En esa línea, invitó a renovar la forma en que imaginamos y comunicamos el cielo, siguiendo el ejemplo de los profetas y del mismo Jesús, que lo describieron con imágenes audaces y cercanas, como un banquete de bodas lleno de alegría.
"Necesitamos esa osadía para anunciar la promesa más decisiva que se le puede hacer a un ser humano: tu vida tiene una meta que desborda todo lo que se puede pensar o imaginar, vale la pena vivirla a fondo. Nada de lo bueno y verdadero que has vivido se va a perder, sino que alcanzará su plenitud".
La Ascensión, concluyó el obispo, es una invitación a mirar el cielo no como una evasión, sino como la plenitud del amor y la vida, y a vivir aquí y ahora con esa esperanza que no defrauda. "Se nos ha confiado una esperanza que debemos compartir", afirmó, deseando a todos un buen domingo.+