Card. Rossi en la solemnidad del Sagrado Corazón: 'El Corazón habla al corazón'

  • 1 de julio, 2025
  • Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba profundizó en el sentido del Sagrado Corazón como símbolo de amor, ternura y esperanza, invitando a dejarse tocar por las mociones del corazón y a renovar la fe.

Con ocasión de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el cardenal Ángel Rossi SJ ofreció una charla de espiritualidad en la que invitó a los fieles a "rezar juntos", a partir del símbolo más íntimo de la fe cristiana: el corazón. En una reflexión rica en imágenes, testimonios, anécdotas y poesía, el purpurado profundizó en lo que significa verdaderamente tener "un corazón según el de Jesús".

"Siempre les recuerdo que la espiritualidad del Sagrado Corazón tiene una particularidad: está contenida en un símbolo", comenzó diciendo el arzobispo de Córdoba, subrayando que el corazón -también en la tradición bíblica- simboliza el centro más profundo de la persona: su alma, su afectividad, sus valores, sus opciones.

"Por eso decimos de alguien que tiene 'un buen corazón', porque es rica en humanidad, en bondad, en belleza interior", explicó.

A lo largo de su meditación, el cardenal Rossi entrelazó referencias a la Escritura, figuras de la Iglesia, literatura, experiencias populares y testimonios de vida cotidiana para ilustrar cómo el Corazón de Jesús se revela en los gestos más humanos: "Lo hemos visto palpitar cuando Jesús enjugó lágrimas, cuando perdonó, cuando devolvió dignidad o cuando hizo de una limosna pequeña una expresión de grandeza".

Durante su reflexión, el purpurado trazó una conexión entre la fe y la memoria afectiva: "Recordar es hacer pasar por el corazón de nuevo", dijo y afirmó que la espiritualidad del corazón solo es auténtica si se cultiva la "memoria del corazón", esa capacidad de traer a la mente las experiencias fundantes de la vida, los gestos sencillos y las ternuras que nos formaron.

En un tiempo marcado por la inteligencia artificial, la tecnología y el vértigo informativo, el cardenal citó a Francisco para advertir: "Para salvar lo humano, hacen falta el amor y la poesía. Lo que ningún algoritmo puede albergar es la ternura de una abuela, el repulgue de una empanada, la memoria del corazón".

Neruda, Fernández Moreno y Hurtado
Evocó también anécdotas entrañables, como la de Pablo Neruda en su infancia o los versos de Baldomero Fernández Moreno, para mostrar cómo incluso en momentos de angustia, el corazón encuentra consuelo volviendo a lo esencial, a lo simple, a lo humano.

"La espiritualidad cristiana no se encierra en sí misma", advirtió, "sino que se manifiesta en gestos concretos de amor y solidaridad". En esa línea, recordó la frase de san Alberto Hurtado: "Los cristianos debemos ser fuegos que encienden otros fuegos".

A modo de ejemplo, narró el testimonio de un hombre que, huyendo tras un robo, se refugió en una iglesia y terminó encontrándose con la imagen del Sagrado Corazón. "Allí, escondido, comenzó un diálogo silencioso que le cambió el corazón. Nunca más robó", relató Rossi, resaltando que el Corazón de Jesús "tiene el poder de transformar y volver a empezar".

La charla también fue un llamado a vivir con esperanza, en un tiempo atravesado por el desencanto y la desesperanza. El cardenal se refirió a los discípulos de Emaús, recordando cómo el Señor los fue "calentando el corazón" con su cercanía.

El cardenal Rossi citó las "últimas voluntades" de José Luis Martín Descalzo como un testamento de fe y esperanza, y concluyó con una oración sencilla y honda: "Sagrado Corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo. Danos un corazón manso y humilde".

Finalizó con la bendición para los presentes y sus familias: "Que el Señor esté con ustedes. Que la bendición de Dios, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén".+