ODSA-UCA: Más de 4 millones de la infancia argentina sufre inseguridad alimentaria

  • 11 de julio, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
El informe alerta que el problema afecta a un tercio de los niños y adolescentes y se agravó por factores como la pobreza, la precariedad laboral y el desempleo. Es el nivel más alto en la década.

Un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) revela que en 2024, más de 4,3 millones de niños, niñas y adolescentes experimentaron inseguridad alimentaria, con un 35,5% que sufrió algún tipo de dificultades y un 16,5% en su forma más grave. 

Según el estudio, este problema afecta a un tercio de la infancia argentina y se agravó por factores como la pobreza, la precariedad laboral y el desempleo.

El informe sobre "Inseguridad alimentaria en la infancia argentina: un problema estructural observado en la coyuntura actual" analizó datos desde 2010 hasta 2024 y destaca un aumento alarmante en la inseguridad alimentaria en los últimos años, con picos en 2018, 2020 y 2024. 

La inseguridad alimentaria, según el estudio, implica la falta de acceso regular a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales. Esto no sólo afecta la salud física de los niños, sino también su desarrollo cognitivo, físico y emocional. 

Los hogares más afectados son aquellos encabezados por personas con trabajos informales o desempleadas, hogares monoparentales y núcleos familiares numerosos. 

El estudio también señala que la asistencia a comedores escolares y comunitarios, así como la entrega de viandas, son las principales ayudas para paliar esta situación, con un 11,1% de los niños y adolescentes beneficiándose de esta asistencia. 

En resumen, el informe de la UCA evidencia la gravedad de la inseguridad alimentaria infantil en la Argentina, un problema complejo que requiere soluciones estructurales y políticas públicas eficaces para garantizar el acceso a una alimentación adecuada para todos los niños y adolescentes del país.


La presentación se realizó el 10 de julio y estuvo a cargo de Ianina Tuñón y Valentina González Sisto (ODSA-UCA) junto a referentes clave en la temática: Sergio Britos (CEPEA, UBA, UCA), María Eugenia Herrera Vegas (CESNI), Catalina Hornos (Haciendo Camino) y Alberto Cimadamore (IIEP UBA-Conicet).

Resumen ejecutivo

  • La inseguridad alimentaria (IA) en la infancia es un problema estructural agravado por crisis coyunturales. Entre 2010 y 2024, la IA infantil en la Argentina mostró una tendencia sostenida al alza, con picos en 2018, 2020 y 2024. En el último año, el 35,5% de niños/as y adolescentes (NNyA) atravesó IA, y el 16,5% IA severa.


  • Determinantes estructurales fuertes: pobreza, empleo precario y desempleo, estrato social bajo. La IA afecta de modo particular a hogares pobres, con jefes/as con inserción laboral precaria, monoparentales y numerosos (5 o más miembros). El empleo es el factor más decisivo. 
  • Impacto desigual según la región y la composición del hogar. El AMBA muestra mayores niveles de IA que el Interior Urbano, especialmente a partir de 2017. La monoparentalidad se mantiene como un factor de riesgo a lo largo del tiempo. 
  • La AUH más la TA tuvo un efecto protector frente a la IA, especialmente en contextos críticos. Si bien los hogares que la reciben son más vulnerables estructuralmente, el análisis con modelos de efectos fijos muestra que la AUH+TA reduce significativamente la IA (?0,81 puntos en la escala del índice). 


  • La inseguridad alimentaria no es estática: más de la mitad de los NNyA atravesaron IA en al menos un año entre 2022 y 2024. El 14,8% sufrió IA crónica y otro 9,2% empeoró. Solo el 44,5% se mantuvo libre de IA durante los tres años. 

La IA es un fenómeno dinámico y fuertemente influido por condiciones estructurales como el tipo de hogar, el nivel socioeconómico y la situación laboral. Aunque políticas como la AUH (+TA) ayudan a mitigar el riesgo alimentario, su impacto es limitado frente a factores estructurales persistentes, especialmente la precariedad laboral de los adultos. Comprender estas dinámicas es clave para diseñar políticas públicas integrales que enfrenten tanto las urgencias actuales como las causas profundas de la IA. 

Para enfrentar eficazmente la IA infantil, es crucial implementar políticas públicas integrales centradas en la inclusión laboral, el fortalecimiento de programas de transferencia de ingresos como la AUH (+TA), y la construcción de sistemas de protección social intersectoriales. Estas estrategias deben priorizar a los hogares más vulnerables, revalorizar el rol de la escuela como espacio de contención y diseñarse con un enfoque territorial y federal. Además, es fundamental garantizar el derecho a una alimentación adecuada mediante la transformación de los sistemas alimentarios hacia modelos más sostenibles y equitativos.

Más información, en www.uca.edu.ar y redes sociales.+