Tres nuevos diáconos salesianos al servicio de los jóvenes y del Evangelio

  • 15 de julio, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
Emiliano Arruabarrena, Mathías Britos y David Orquiola fueron ordenados diáconos el 12 de julio en Villa Luzuriaga. La celebración fue presidida por Mons. Juan Carlos Romanín.

La Congregación Salesiana celebró el 12 de julio la ordenación diaconal de Emiliano Arruabarrena, Mathías Britos y David Orquiola. La ceremonia fue presidida por monseñor Juan Carlos Romanín SDB, obispo emérito de Río Gallegos, en el santuario del Sagrado Corazón de Jesús, en Villa Luzuriaga.

Los tres nuevos diáconos forman parte del Teologado Interinspectorial Salesiano Nuestra Señora de la Esperanza, con sede en Villa Luzuriaga.

Emiliano pertenece a la Inspectoría de Argentina Sur, mientras que Mathías y David provienen de la Inspectoría de Paraguay. Esta ordenación marca un paso decisivo en su camino hacia el sacerdocio, asumido con profunda vocación y espíritu de servicio.

Cada uno de ellos eligió un lema personal para este momento:  "Estoy entre ustedes como el que sirve" (Emiliano); "Lo miró con misericordia y lo eligió" (Mathías) y "Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad" (David).

La Eucaristía fue concelebrada por monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina; el padre Darío Perera SDB, inspector de Argentina Sur; y el padre Néstor Ledesma SDB, inspector de Paraguay. Participaron numerosos sacerdotes, diáconos, religiosos y miembros de la Familia Salesiana.

Misionera, sinodal, diaconal y samaritana
Durante la homilía, monseñor Romanín profundizó en el sentido del servicio desde la figura del buen samaritano: "El diaconado los lleva al centro del misterio de la Iglesia: una Iglesia que es misionera, sinodal, diaconal, samaritana. Si no se vive esta dimensión de servicio samaritano, todo ministerio se vacía por dentro".

Y animó a los nuevos diáconos a vivir esta vocación con el corazón de Don Bosco: "Vayan a los jóvenes más pobres, acompañen sus historias, vendando sus heridas, sanando desde la ternura de Dios. Que su servicio sea testimonio de esperanza y de la fidelidad del Señor".

Al cierre de la celebración, el padre Perera agradeció a Emiliano, Mathías y David por su generosa entrega al servicio de los jóvenes desde el carisma salesiano. La comunidad salesiana continúa rezando por ellos, pidiendo al Señor que los sostenga con fidelidad y alegría en este camino hacia el sacerdocio, al servicio de los más necesitados.+