El factor religioso en Oriente Medio

  • 7 de agosto, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
El Dr. Horacio Sánchez de Loria Parodi disertó sobre el papel del elemento religioso en los conflictos en Tierra Santa y el cruce de fundamentalismos caracterizados por confundir política y religión.

"El factor religioso en el conflicto de Medio Oriente" fue el tema que enfocó el doctor Horacio Sánchez de Loria Parodi, doctor en Derecho y en Filosofía, licenciado en Psicología, miembro de número de la Academia Nacional de la Historia, al disertar el lunes 5 de agosto en la Corporación de Abogados Católicos, Avenida Santa Fe 1206.

Tras una pormenorizada relación de sucesivos imperios y gobiernos -egipcios, griegos, romanos, persas, sirios, turcos, ingleses- que dominaron lo que tres religiones monoteístas consideran Tierra Santa, el disertante enfocó las cuestiones teológicas que subyacen en los conflictos geopolíticos y tienen alguna conexión con las guerras en Medio Oriente.

Señaló que allí operan tres fundamentalismos más caracterizados, el cristiano, el judío y el musulmán, estimando que los fundamentalismos son movimientos complejos, caracterizados por confundir política y religión.

Afirmó que frente al liberalismo, que promueve la separación de la religión y la política y desemboca en el ateísmo social, la doctrina de la Iglesia, en cambio, distingue, sin separación ni confusión, la esfera política de la religiosa.

Andereggen: evitar la guerra
Presentó al orador el presidente de la Corporación, doctor Pedro Andereggen, a quien acompañaba el secretario, doctor Carlos Mosso.

Recordó que el disertante es miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia, de España, y autor de 16 libros y más de 50 artículos en revistas argentinas y extranjeras.

Andereggen subrayó que el artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas prohíbe el empleo de toda amenaza o uso de la fuerza para la resolución de las controversias entre las naciones. Recordó que su antecedente inmediato fue el pacto Briand-Kellogg, de 1928, por el que los Estados renunciaron a la guerra ofensiva, lo que fue fundamento para la condena a los enjuiciados del régimen nacionalsocialista alemán por los tribunales de Nuremberg de "crímenes contra la paz".

Reconoció a Juan Bautista Alberdi como un precursor mundial de abandonar las doctrinas justificativas del derecho a iniciar guerras, demostrando "la intrínseca inmoralidad e injusticia de toda guerra no defensiva".

Citó el número 2307 del Catecismo de la Iglesia Católica, "Evitar la guerra", y señaló que la doctrina de la Iglesia ha reprobado como moralmente ilícito el recurso a la fuerza.

Adhirió al reclamo del Santo Padre León XIV el 20 de julio que "exigió un cese inmediato del fuego y denunció la "barbarie" en Gaza".

Indicó que la Corporación manifestó su solidaridad con todas las víctimas del conflicto y mencionó el "lamentable suceso del ataque a la única parroquia católica de Gaza", instando "a orar y actuar para que la Bondad divina nos libres de la antigua servidumbre de la guerra", como expresó el Concilio Vaticano II en Gaudium et Spes, 81.

El teologismo, signo de los fundamentalismos
Sánchez de Loria Parodi consideró que el signo característico de los fundamentalismos es el teologismo (estudiado por Etienne Gilson en "La unidad de la experiencia filosófica"). Es decir, el intento de absorber todo el conocimiento humano en la teología, eliminando las causas segundas y, en definitiva, la consistencia propia de lo real; la especulación sistemática sería incompatible con una vida religiosa sincera.

Mencionó a Lutero despreciando la razón y al filósofo mahometano Algacel, para el cual la fe debe ser obediencia y no conocimiento. En el silgo XIII, agregó, la escuela sunita abandonó específicamente la mediación filosófica para entender la fe.

Por su parte, el fundamentalismo judío, dijo, se caracteriza por una lectura literal, mundana, carnal del Antiguo Testamento y el fundamentalismo musulmán está representado por los más radicalizados partidarios de la sharía, ley coránica.

Fundamentalismo cristiano
"El fundamentalismo cristiano -afirmó- es una distorsión espiritual nacida del protestantismo; es un corolario de la escisión entre fe y razón, Gracia y naturaleza, y su fruto, el deísmo". Dijo que nació en 1897 en el congreso de Niagara Falls donde pastores conservadores se opusieron a los teólogos liberales, acusándolos de disolver el contenido histórico de las Escrituras, debido a la influencia racionalista ilustrada.

Sostuvieron cinco principios fundamentales, que forman parte del depósito de la fe, pero que ellos engarzaron en una lectura exclusivamente literal de la Biblia, que excluye todo esfuerzo de comprensión del contexto, su crecimiento histórico y su desarrollo.

"Los fundamentalistas no comprenden que las Escrituras se insertan en la tradición viva de la Iglesia, que precedió a los escritos, que no se agotó en ellos, ni se suspendió con su aparición, aunque en ellos se encuentre lo esencial de la tradición", dijo.

El sionismo cristiano
Citó distintos ejemplos de hechos y personajes, y sostuvo que "uno de los apoyos políticos, económicos y culturales más importantes que sostienen al Estado de Israel proviene del sionismo cristiano", término reciente, rara vez usado antes de 1990. Madurado en el seno del evangelismo fundamentalista de Estados Unidos, apuntó, hunde sus raíces en las corrientes milenaristas del mundo británico.

Los sionistas cristianos -conforme a su interpretación carnal, mundana, de la Biblia- consideran que todos los actos del Estado sionista deben ser bendecidos -identifican al movimiento fundado por Teodoro Herzl con las figuras del Antiguo Testamento- pues entienden que cuando el actual pueblo judío esté en posesión de todo el territorio entre los ríos Éufrates y Nilo (conforme a Génesis 15,17 -18) y se reconstruya el Templo en el Monte (donde están ubicados los lugares sagrados de los mahometanos), tendrán lugar la consumación de la historia y la segunda venida de Cristo. Los sionistas cristianos creyeron que al fundarse en 1948 el Estado de Israel se cumplía una profecía bíblica.

La ideología nacionalista laica y los creyentes
Previamente, al reseñar acontecimientos, fechas, planes, enfrentamientos armados, el orador había recordado que cuando David Ben Gurion declaró la independencia del nuevo Estado de Israel -reconocido inmediatamente por Estados Unidos, seguido al poco tiempo por la Unión Soviética, que imaginaba un Estado socialista-, a pesar de la ideología nacionalista laica, el país comenzó a ser la tierra prometida y sagrada de los judíos creyentes y un lugar seguro tras la persecución sufrida en Europa.

Pronto lo reconocieron otros Estados, entre ellos la Argentina, quien acompañó la posición de la Santa Sede, que en las encíclicas "Multiplicibus Curis", de 1948, y "Redemptoris Nostri", de 1949, bregaba por la internacionalización de la ciudad de Jerusalén y el respeto a los lugares santos.

Hacia el final, el orador mencionó a los sionistas cristianos que disimulan el accionar del Estado judío que en aras de su destino manifiesto delimita unilateralmente sus fronteras, ocupando ilegítimamente territorios palestinos, a través de colonos extremistas que ocupan propiedades, y la secuela de muerte (especialmente de niños), hambre, destrucción, justificada ahora como represalia por el crimen de guerra perpetrado por Hamas el 7 de octubre de 2023. Señaló la gravedad de la situación y mencionó que 500 ex funcionarios de Defensa y de servicios de inteligencia de Israel le pidieron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que frene la escalada en Gaza, donde es tal la situación que implícitamente puede considerarse un genocidio.

Judea y Samaria
Apuntó que Cisjordania es denominada oficialmente con los nombres bíblicos Judea y Samaria, y puntualizó que los colonos judíos llevados por su nacionalismo religioso e impulsados por el gobierno construyen asentamientos allí y gozan de todos los privilegios ciudadanos, mientras sus vecinos palestinos, sujetos a régimen militar, están en inferioridad de condiciones. El 23 de julio pasado, el parlamento israelí aprobó una moción de agenda, no vinculante, simbólica, que declara a estas tierras como pertenecientes al Estado israelí.

"No puede haber verdadera paz en donde se ha crucificado la Verdad", decía Donoso Cortés. Al final, el disertante recordó el centenario de la encíclica "Quas Primas", de Pío XI, su magisterio y defensa de la tradición política católica, y, por tanto, lejos de los delirios belicistas. Estimó como el medio más eficaz para establecer y vigorizar la paz mundial su enseñanza sobre la restauración del reinado social de Jesucristo. Y concluyó que "la paz es fruto de la justicia".+