Card. Rossi: 'Aunque no haya empleo, la dignidad del corazón no se pierde'

  • 8 de agosto, 2025
  • Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba presidió la fiesta de San Cayetano y pidió revisar porqué falta trabajo. "A veces por nuestra lentitud, a veces por egoísmos, a veces por falta de solidaridad", advirtió.

En una jornada marcada por la Fe y la Esperanza, la parroquia San Cayetano de Córdoba fue epicentro el jueves 7 de agosto de la fiesta en memoria del patrono del pan y del trabajo.

Desde temprano, más de un centenar de personas participaron de la misa matutina, y por la tarde, una multitud se sumó a la procesión encabezada por el arzobispo, cardenal Ángel Rossi SJ. El recorrido culminó frente al templo con la celebración de la Eucaristía al aire libre.

Una catequista de la parroquia manifestó que "la mayoría viene feliz, a agradecer, pero también a pedir trabajo. Hoy se nota la necesidad, sobre todo entre los jubilados".

Durante la procesión y la celebración, se recibieron ofrendas de alimentos no perecederos y ropa para el servicio social del santuario, priorizando a las familias más necesitadas. "No queremos que a nadie le falte el pan", afirmó una vecina, destacando la importancia de la festividad en tiempos de dificultad.


Rossi invitó al Pueblo de Dios a "remar mar adentro"
El cardenal Rossi invitó a los fieles a navegar "mar adentro", e hizo una lectura actual del clamor popular por trabajo digno.

"Es también la experiencia de quien trabaja y de quien busca trabajo: de aquel que recorre nuestra ciudad y al llegar la noche, con los pies cansados, debe decirle a su familia: 'No hay nada'. Eso no le quita dignidad. La dignidad no se pierde", señaló, asegurando además que "un hombre o una mujer que busca trabajo con empeño pisa tierra sagrada".

Rossi recordó que el trabajo -cualquiera sea- dignifica, y que quien lo busca con esperanza merece respeto y reconocimiento. "Aunque no haya empleo, la dignidad del corazón no se pierde", afirmó.

Llamado a la solidaridad concreta
El arzobispo cordobés invitó a mirar con atención la realidad que atraviesan muchas familias argentinas: trabajos informales, changas que no alcanzan para cubrir lo básico, jubilaciones insuficientes. "El Señor nos concede la gracia de revisar porqué falta el trabajo: a veces por nuestra lentitud, a veces por egoísmos, a veces por falta de solidaridad".

En un gesto claro, también se refirió al rol de los dirigentes: "No fueron elegidos para representar bloques, sino para representar a su pueblo, sobre todo al que más necesita". Y propuso una triple tarea para todos: sensibilizarnos, actuar con inteligencia y comprometernos desde donde estamos".

El mensaje del cardenal Rossi puso el foco además en el rostro humano detrás de cada historia. "No es un paquete, es un ser humano", dijo al referirse a quienes muchas veces son tratados con indiferencia. "Cuidémonos entre nosotros. No nos desanimemos cuando nos ningunean. Recordemos de dónde venimos: de abuelos y padres trabajadores que nos dieron dignidad", enfatizó.

En diálogo con la prensa expresó que, aunque la Iglesia viene insistiendo en la falta de políticas de Estado, "la realidad, que es muy dura, habla por sí sola". Subrayó que el trabajo es "algo esencial hacia la dignidad", y que lo que está ocurriéndole a la gente "es muy fuerte".

Ponderó también la enorme solidaridad del pueblo, que permite dar respuestas paliativas, pero advirtió que eso no es suficiente. "Hace falta algo más serio, más amplio, como una política que de verdad ayude a generar trabajo, y una generosidad que involucre a todos los ámbitos: Iglesia, empresas, civiles, todos".

Finalmente, el arzobispo cordobés expresó: "Lo bueno sería que la Iglesia y la política escuchen al pueblo. No hay que escuchar a la Iglesia, hay que escuchar a la gente".


La voz de la Vicaría de los Pobres
En el marco de esta festividad, la Vicaría de los Pobres se sumó a la conmemoración con un comunicado que visibiliza la realidad laboral en los barrios periféricos. El presbítero Melchor López, vicario de los pobres, destacó la "profunda fe del pueblo y la historia de esta devoción en la Argentina, que se popularizó a partir de la década de 1930 cuando se comenzó a representar a San Cayetano con una espiga de trigo y el Niño Jesús en brazos, como símbolo de esperanza en tiempos de crisis".

En su mensaje, la Vicaría advirtió que, para muchos cordobeses, el pan llega a la mesa a través de trabajos informales o precarizados. "El 55% del empleo en la provincia es informal: vendedores ambulantes, panaderos de barrio, mujeres que sostienen comedores y merenderos sin remuneración ni reconocimiento formal", dijo.

El comunicado -leído por la mañana en la Plaza San Martín, frente a la Catedral- insistió en que estas changas no son un pasatiempo, sino la única forma de alcanzar una mínima dignidad. Y sumó a la histórica consigna de "pan, paz y trabajo",  la demanda de las tres T del papa Francisco: Tierra, Techo y Trabajo.

La actividad en la plaza incluyó un momento de oración, la bendición a los trabajadores y a sus herramientas de trabajo, y una gran olla simbólica en representación de los comedores populares.+