Bienaventurados lanza su segundo álbum y continúa su ciclo de adoraciones
- 19 de septiembre, 2025
- Buenos Aires (AICA)
Se trata de un proyecto musical católico que une fe, arte y comunida, y reúne a músicos, productores y jóvenes comprometidos con la evangelización a través de la música y el arte.

El grupo musical católico Bienaventurados, conformado por jóvenes de entre 20 y 30 años de distintos movimientos y parroquias de la arquidiócesis de Buenos Aires, lanzó su segundo álbum titulado "Efatá", compuesto por versiones de canciones ya existentes. El proyecto continúa también con su ciclo de adoraciones eucarísticas, recorriendo diversas comunidades de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El grupo nació a partir de la iniciativa de Teresa Terán, productora y compositora musical, en el año 2015. En ese momento, comenzó a trabajar con un coro juvenil en el Colegio Fasta Catherina y, paralelamente, inició la carrera de Música. Desde entonces, la combinación entre la dirección coral y la composición fue dando forma al proyecto.
Entre 2015 al 2018 se desarrolló un proceso de discernimiento y composición. En 2019 se definió la identidad del grupo y se grabó un primer piloto. Entre 2021 y 2023 se abrió el canal en plataformas digitales y se publicaron las primeras producciones: "A quién iremos" y "Mujer, ¿por qué lloras?", entre otras. En 2023 comenzó la producción del primer álbum original titulado "Hossana", lanzado en 2024.
Ese mismo año se conformó un equipo central y se inició un ciclo de adoraciones eucarísticas por distintos barrios de la ciudad, incluyendo una celebración en el Hospital Pirovano. También se participó en el evento "SALVE" en Rosario y en el concurso nacional de salmos, donde el grupo obtuvo el segundo puesto.
Vocación, identidad y
misión
Terán explicó que el origen del grupo respondió a su vocación de "ser
instrumento para otros" desde su rol como música y productora. Observó la
necesidad de generar contenido católico nuevo, profesional y capaz de "motivar
a otros a seguir a Dios desde la alegría".
Luciano Falcinelli, otro integrante del grupo, señaló que su
motivación estuvo en "evangelizar a través de la belleza del arte", y que
encontró en Bienaventurados "un proyecto serio de evangelización que ve, en la
adoración eucarística, un tesoro a compartir".
Ambos coinciden en que el proyecto les dio paz interior y
los hizo crecer espiritualmente. Terán lo define como "una misión
evangelizadora" y un "caminar con la Iglesia", mientras que Falcinelli habló de
un proceso de "escucha activa de la Palabra de Dios a través de la música".
Creatividad musical:
entre la composición y las versiones
Las canciones originales del grupo surgen, en su mayoría, de Terán, aunque
también hay un espacio creciente para otras voces del equipo. En los inicios,
ella tomaba las decisiones artísticas sola, pero con el tiempo se consolidó un
equipo de producción que discierne colectivamente cada nuevo tema.
Sobre el valor de componer frente a versionar, Terán
considera que la música católica necesita "más canciones originales que hablen
de la Eucaristía, la Virgen María y los santos". En tanto, Falcinelli afirmó
que reversionar permite "volver a ver lo novedoso que inspiran letras de
eternidad".
Respecto a sus canciones favoritas, Terán mencionó "A quién iremos", su primera composición, como una obra que expresa la necesidad de descanso y entrega en Dios. Falcinelli, en cambio, señaló una canción aún no publicada, "Tierra de Misericordia", como un "himno" del grupo por su mensaje comunitario.
Comunidad,
organización y trabajo en equipo
Bienaventurados funciona con una estructura dividida en áreas: producción
musical, redes sociales, comunidad y eventos, y fundraising. Falcinelli, que se
sumó como consejero, aportando en lo estratégico y también desde la poesía y la
reflexión espiritual, destacó que la auténtica conexión del grupo "es Cristo" y
subrayó el valor de la adoración como centro del trabajo artístico.
Ambos resaltaron la riqueza de compartir camino con jóvenes de distintos movimientos y parroquias. Terán habló de una apertura espiritual constante, mientras que Falcinelli afirmó: "Siempre se puede profundizar más gracias a la sensibilidad que el arte nos da para penetrar en el Misterio".
En 2025, el grupo lanzó un segundo ciclo de adoraciones, organizó una vigilia de Pentecostés y publicó su segundo álbum, "Efatá". Hasta la fecha, se han realizado nueve adoraciones del ciclo actual y hay cinco más previstas.
Adoraciones:
encuentro con Cristo a través del arte
Las adoraciones eucarísticas son el corazón del proyecto. Terán sostuvo que
buscan generar "un encuentro cara a cara con Jesús" y crear un espacio donde la
música acompañe ese momento de oración. Falcinelli agregó que las adoraciones
también incluyen reflexiones que permiten "mostrar a Cristo" y no solo
sentirlo, favoreciendo así una experiencia integral.
Entre los próximos proyectos, el grupo planea producir un EP
para Semana Santa, seguir lanzando canciones originales y fortalecer su canal
en YouTube. También expresan el deseo de participar en eventos como la Jornada
Mundial de la Juventud y consolidarse como un referente musical católico en la Argentina.
Para Terán, el objetivo es "promover la adoración
eucarística junto a la alabanza musical". Falcinelli resumió la intención del
grupo como "formar una comunidad en torno a la música y la adoración".
Ambos consideran que la música católica vive un crecimiento,
especialmente entre jóvenes. Falcinelli opinó que es una "puerta de entrada"
para conocer la fe y a Cristo desde lo sensible, aunque reconoció los desafíos
que implica.
Una invitación
abierta
Finalmente, al hablarles a quienes nunca escucharon al grupo ni suelen
participar en actividades de fe, Terán invitó a "darle una oportunidad a Jesús"
y acercarse a las canciones buscando lo que resuene en el corazón. Falcinelli
añadió que quienes se acerquen encontrarán "buena música, una oportunidad de
oración y una comunidad de jóvenes que viven la fe con esperanza, paz y
alegría".
Bienaventurados continúa produciendo música original y recorriendo parroquias con su propuesta de adoración y alabanza, con el objetivo de ofrecer un espacio de encuentro con Jesús a través de la música y la oración.
"No somos perfectos", planteó Terán, "somos personas de barro, buscando y pidiéndole al Artista que nos moldee con sus manos para ser instrumentos de su paz".