Salta: Mons. Sánchez pidió ser 'signos vivos de esperanza en nuestra Patria'
- 15 de septiembre, 2025
- Salta (AICA)
Fue en el marco de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. El arzobispo tucumano invitó a los fieles a ser "signos vivos del amor del Señor" en medio de las dificultades que atraviesa el país.

En la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en el marco del triduo del Milagro, el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, invitó a los fieles que participan a vivir con renovada fe y esperanza, siendo "signos vivos del amor del Señor" en medio de las dificultades que atraviesa el país.
Frente a una multitud de peregrinos que colmó la ciudad de Salta para expresar su devoción al Señor y la Virgen del Milagro, el prelado destacó: "Dios amó tanto al mundo que le entregó a su Hijo Único, para que todo el que crea en Él no muera y tenga vida eterna. Esa fuerza del amor del Señor vive en nosotros desde nuestro bautismo, y es la buena noticia que debemos irradiar a los demás".
Monseñor Sánchez subrayó que el camino del Milagro, vivido con el lema "Camino del encuentro y la esperanza", se enmarca en el Jubileo de la Esperanza convocado por el papa Francisco.
"Somos peregrinos de esperanza -dijo-, caminamos juntos como Iglesia sinodal, acompañados por nuestra Madre, la Virgen, que con su ternura de Madre nos lleva siempre a Jesús".
Al referirse a la realidad nacional, exhortó a los fieles a aportar, desde la fe, a la vida de la patria: "Nosotros como Iglesia, como creyentes, tenemos que aportar a nuestra querida Argentina esto tan maravilloso que tenemos: la fe en Jesucristo muerto y resucitado. Que cada uno de nosotros sea signo vivo de esperanza en esta patria bendita, donde tantos hermanos sufren".
Testigos del amor en la vida cotidiana
El arzobispo tucumano invitó a que esa esperanza se traduzca en actitudes concretas: el servicio, la caridad fraterna, la ternura, la compasión y la solidaridad.
"Lo más hermoso -recordó- es que no caminamos solos. Jesús ya nos ha marcado el camino. Lo que nos toca a nosotros es seguir sus huellas: amar, servir, sacrificarnos, vencer el egoísmo y la indiferencia para resucitar al amor y a la entrega generosa".
Al finalizar, animó a que cada vez que los fieles tracen la señal de la cruz sobre su cuerpo, experimenten el abrazo infinito de Cristo Crucificado y Resucitado: "Que de la mano de la Virgen podamos crecer en esperanza, vivir la alegría de la fe y extender nuestros brazos para hacer presente el Reino del Señor, siendo testigos de amor, de servicio y de entrega a nuestros hermanos".
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