Mons. Scozzina: 'María reúne, es quien nos invita a ser testigos de la esperanza'
- 10 de noviembre, 2025
- Tartagal (Salta) (AICA)
Tartagal fue consagrada a la Virgen de la Peña. El obispo de Orán pidió construir una comunidad unida e inclusiva bajo la protección de María, madre y mediadora de todos los pueblos.
Las comunidades parroquiales de Tartagal vivieron con profunda emoción la consagración de la ciudad a la Virgen de la Peña, en una celebración que reunió a fieles de distintos barrios y comunidades originarias.
La ceremonia tuvo lugar el 8 de noviembre con una peregrinación al santuario mariano bajo el lema "Tu nombre, Virgen María, es nuestra esperanza", y culminó con la misa presidida por el obispo de la diócesis de Orán, monseñor Luis Scozzina OFM.
Durante la Eucaristía se bendijo una imagen de la Virgen de la Peña, que fue entronizada en la entrada de la ciudad, sobre la avenida Alberdi, como signo de fe, protección y esperanza para todo el pueblo tartagalense.
En su homilía, monseñor Scozzina destacó el sentido profundo de esta consagración, que significa "la entrega total de lo que somos y tenemos, para que María nos lleve al encuentro de los hermanos y descubramos en ellos el rostro de Jesús Resucitado".
Compromiso comunitario
El obispo invitó a todos a vivir su vocación de hijos de Dios y discípulos misioneros, comprometidos con la construcción del Reino.
Recordando las palabras de San Juan Pablo II, el prelado subrayó la misión de María como mediadora e intercesora: "La Madre, antes del nacimiento de nuestra ciudad, apareció en el cerro de la Peña. La gran intercesora camina con nosotros, nos anuncia la llegada del Reino de su Hijo y nos dice: 'Hagan lo que Él les diga'".
El obispo recordó que, mucho antes de la fundación de Tartagal, las familias originarias ya reconocían la presencia maternal de la Virgen en el cerro.
En ese sentido, señaló que esta devoción mariana tiene un valor profundamente integrador: "La Virgen de la Peña viene a unir a las comunidades originarias y criollas. Es una advocación que une, reconcilia e identifica en una misma Iglesia a todos los pueblos".
Monseñor Scozzina resaltó que este gesto adquiere especial significado en el actual camino sinodal de la Iglesia: "Necesitamos que la Iglesia exprese todos los rostros bajo la mirada protectora de María. Ella recibe las necesidades de su pueblo y nos invita a construir una ciudad inclusiva, acogedora, que integre las diversidades y fomente la amistad social".
El pastor diocesano también confió a la Virgen las situaciones dolorosas que atraviesa la región norteña, afectada por la pobreza, la falta de trabajo y las adicciones. "Ponemos bajo su protección a quienes sufren las consecuencias del narcotráfico y las ataduras que impiden vivir con dignidad. María cuida, protege y ayuda a liberar de los egoísmos que aíslan y dividen", expresó.
Finalmente, monseñor Scozzina animó a los fieles a vivir con esperanza y compromiso: "María convoca, María reúne, María es quien nos invita a ser testigos de esa esperanza, que es la posibilidad de una vida más digna, llamada a la plenitud en Dios".
Con la consagración, Tartagal renueva su fe en la Madre de la Peña, que desde el cerro acompaña el caminar de su pueblo y lo inspira a construir una sociedad reconciliada, fraterna y solidaria.+