Madrid: el arzobispo pidió en la Almudena 'mirar de cara las cruces'

  • 10 de noviembre, 2025
  • Madrid (España) (AICA)
El cardenal José Cobo recordó frente a la Virgen de la Almudena que "la alegría no es un bienestar barato ni una foto de Instagram" sino contar con un "horizonte".

El arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, presidió, el domingo 9 de noviembre, la misa en honor a la Virgen de la Almudena en la Plaza de la Armería, en la explanada frente a su catedral. Allí el arzobispo pidió ante la imagen de la Virgen ayuda para "mirar de cara las cruces" de la ciudad y a los ojos de los que sufren. 

La celebración contó con la renovación del Voto de la Villa por parte del alcalde, José Luis Martínez-Almeida. La jornada estuvo marcada también por la indisposición de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, quien tuvo que ser trasladada a un hospital tras sentirse mareada durante la eucaristía.

El tradicional Voto de la Villa
Fiel a la tradición que se remonta a 1646, el alcalde de Madrid, renovó el 'Voto de la Villa'. Antes el alcalde agradeció a la patrona por su "maternal protección" a lo largo de la historia de la ciudad y agradeció que, en medio de tragedias, los madrileños hayan sabido "encontrar nuevos motivos para esforzarnos, para ponernos en pie, para seguir trabajando".


En su discurso, Almeida pidió a la Virgen que "guardes a las familias madrileñas, primera escuela del amor" y que "nos libres de disputas estériles que nos hacen malgastar nuestras energías". También rogó por la atención "a las necesidades de los más débiles y desfavorecidos" y pidió amparo para la Familia Real. Finalmente, concluyó pidiendo que a los gobernantes les sea recordado "el valor de la verdad", en consonancia con la enseñanza de su hijo: "la verdad los hará libres".

"Una iglesia amable que no conoce enemigos"
El cardenal José Cobo ha centrado su homilía en la necesidad de encontrar una "alegría verdadera" que permita avanzar no solo en los días amables, sino también "en las horas de tormenta y de cruz". Ha criticado las versiones superficiales de la felicidad, como las que se exhiben en redes sociales. "La alegría no es un bienestar barato ni un júbilo pasajero ni una foto de Instagram", afirmó el arzobispo, destacando que es algo "mucho más profundo".

El arzobispo señaló las "cruces de nuestro Madrid" que convocan a los cristianos, mencionando "el sufrimiento de las nuevas formas de pobreza", el "incremento de la pobreza infantil", la "pérdida de sentido de la vida en los jóvenes", la "dificultad para acceder a una vivienda digna" y las "crecientes trabas a los migrantes". Ante estos desafíos, afirmó que no valen "ni los gritos ni los reproches", sino "conmoverse y aprender".


En este sentido, hizo un llamamiento a "cultivar la amistad y la cordialidad como actitudes básicas y necesarias para la convivencia" en todos los ámbitos. "Tenemos que desarmar, y digo desarmar las palabras, también en nuestros medios de comunicación y redes", exhortó el cardenal. Su deseo es, dijo, ser "una iglesia amable, que no pone límites al amor, que no conoce enemigos a los que combatir, sino solo hombres y mujeres a los que amar".

La celebración concluyó con la tradicional procesión de la imagen de la Virgen por las calles del centro de Madrid.+