Mons. Lozano: 'Un Rey disruptivo, a contracorriente'

  • 23 de noviembre, 2025
  • San Juan (AICA)
En la solemnidad de Cristo Rey, el arzobispo de San Juan destacó el modo singular en que Jesús ejerce su señorío, centrado en la cercanía, la misericordia y la transformación interior de las personas.

En la celebración de Cristo Rey, el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, reflexionó sobre la originalidad del señorío de Jesús, un reinado que -según expresó- rompe las categorías humanas y se manifiesta de manera inesperada, lejos de toda ostentación.

El prelado contrapuso la figura del Señor con las representaciones clásicas de príncipes y monarcas de los relatos tradicionales, asociados a poder y esplendor.

"La figura de Jesús rompe todos los esquemas", afirmó, al recordar que su nacimiento ocurrió en la periferia del imperio romano, en un contexto de sencillez que anticipa la lógica de su misión. No hubo lujos ni celebraciones cortesanas, sino el pesebre, la pobreza y la humilde admiración de unos pastores.

Monseñor Lozano subrayó que Jesús creció "como uno más" en Nazaret, aprendiendo el oficio de carpintero y compartiendo la vida cotidiana del pueblo. Ese ambiente de trabajo y esfuerzo -indicó- marcó su manera de mirar a cada persona, reconociendo la dignidad que se esconde en las tareas simples y en la vida de quienes no tienen poder.

Servicio, entrega y confianza
El arzobispo explicó que la ausencia de poder terrenal es uno de los rasgos más distintivos de Cristo Rey, quien nunca se sostuvo en privilegios, ejércitos o riquezas. Su propuesta fue "revolucionaria": llamar a la conversión desde la libertad y sin coacción. Su liderazgo -señaló- se apoyó siempre en el servicio, la entrega y la confianza.

En este camino, su Reino "se expande como el amor y la alegría", creciendo allí donde los creyentes practican la fraternidad, el perdón y la justicia.

Para monseñor Lozano, es una transformación silenciosa pero profunda, capaz de cambiar la vida de las personas y de las comunidades "no por la fuerza, sino por la ternura y la generosidad".

El arzobispo recordó también la corona de espinas de Cristo, símbolo de un reinado que abraza el sufrimiento humano. Frente a la burla y el desprecio, Jesús eligió el sendero de la compasión: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen", citó.

Ese modo de reinar -añadió- se hace visible en la capacidad de perdonar y transformar el dolor en esperanza. En este mismo espíritu, monseñor Lozano destacó la justicia de Cristo, que es "sanadora y restauradora".

Jesús se acercó a los excluidos y abrió caminos nuevos incluso para quienes parecían estar al margen, como el buen ladrón, a quien promete el Paraíso. Allí, dijo el prelado, se revela que para Dios "nadie está fuera de la posibilidad del amor".

Finalmente, recordó que en esta jornada la Acción Católica celebra su día. Agradeció su presencia en la vida de la Iglesia y pidió por sus miembros, llamados -afirmó- a ser discípulos misioneros de Cristo Rey y Servidor, comprometidos en renovar la sociedad según el Evangelio.+