Mensajes pastorales de Mons. Martorell a sus fieles

  • 24 de enero, 2013
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
Al igual que lo viene haciendo desde que inició su ministerio pastoral en esta diócesis, el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, inició el año reanudando sus mensajes semanales con comentarios y reflexiones sobre el evangelio de los respectivos domingos. En este primer mes del año el obispo se refiere a la Sagrada Familia como modelo de familia cristiana; a la necesidad de una auténtica humildad para encontrar a Jesús; insiste en la humildad para vivir el bautismo; y a la presencia de María en la Iglesia y en la vida de los cristianos.
Al igual que lo viene haciendo desde que inició su ministerio pastoral en esta diócesis, el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, inició el año reanudando sus mensajes semanales con comentarios y reflexiones sobre el evangelio de los respectivos domingos. La Sagrada Familia, modelo de familia cristiana La serie de mensajes comenzó con la Sagrada Familia, cuya fiesta "nos pone de manifiesto que el Salvador, viniendo a este mundo, quiso insertarse en una familia común y a la vez extraordinaria por la presencia especial de Dios en ella. El Salvador haciéndose hombre quiso seguir el camino de todos los hombres: tener una familia en la tierra, una patria, pertenecer a un pueblo y a una cultura. Su familia no se distinguía de las otras familias de su pueblo. Era una familia de trabajadores sencilla y humilde". Por eso, la Sagrada Familia es propuesta por la Iglesia como modelo de toda familia cristiana. "Cuando en una familia cristiana -dijo monseñor Martorell- está presente primero Dios y no olvida los preceptos del Evangelio, reina en ella el amor, se ora en familia, se alaba a Dios y se le respeta sobre todas las cosas. Los hijos aman a sus padres y les obedecen, como Jesús vivió obediente a los suyos. Dios quiere que los padres sean honrados por sus hijos. Si la familia no está fundada en el amor cristiano es difícil que persevere en el amor, el perdón y la misericordia. La familia tiene una alta misión eclesial, ya que en la Iglesia y con la Iglesia, la familia colabora en la obra de la salvación y en la dignificación de la sociedad". Texto completo de la homilía Para encontrar a Jesús se necesita auténtica humildad Al comentar la fiesta de la epifanía, el pastor de Puerto Iguazú señaló que "el misterio de la Epifanía nos revela que en ese niño pequeño se manifiesta la fuerza de Dios, se muestra al niño capaz de reunir a los hombres de todos los siglos, para que bajo su reinado recorran el camino del amor, la única fuerza que es capaz de cambiar el mundo", y que "para ver y encontrar al Señor hace falta abrir el corazón abandonando la excesiva seguridad en sí mismos, dejar de lado la presunción de ser el dueño de toda la verdad, de ser jueces de todo y de todos". "Para descubrir y encontrar al niño de Belén -afirmó monseñor Martorell-, hace falta una auténtica humildad, tener la disposición de reconocer lo que es más grande, tener la valentía de reconocer la verdad y la grandeza aunque ésta se encuentre en un niño pequeño. Es necesario tener un corazón sencillo como el de un niño, capaz de asombrarse y de salir de sí para avanzar por el camino que indica la estrella, por el camino de Dios". Texto completo de la homilía Vivir con humildad el bautismo El domingo siguiente, al celebrar la fiesta del Bautismo de Jesús, el prelado de Puerto Iguazú insiste en la necesidad de la humildad. "Para poder vivir a fondo la realidad teológica y humana del bautismo -sostiene-, tenemos una sola condición: la humildad, virtud que nos lleva a ponernos frente al Señor y, guiados por la gracia, abrirle el corazón y dejarnos guiar por el Espíritu Santo, que nos hace llamar a Dios Padre y a Jesús el Señor, nuestro hermano y nuestro amigo. Es necesaria la humildad para dejarse impregnar por él y sus sentimientos, siendo la única forma en que encontremos nuestra felicidad en la tierra y nos constituyamos para todos en constructores del bien común, de la fraternidad, del amor, de la justicia y de la paz. Texto completo de la homilía La presencia de María en la vida de la Iglesia El episodio de las Bodas de Caná, que se contiene en el evangelio del siguiente domingo, dio pie a monseñor Martorell para hablar de la presencia de María en la vida de la Iglesia. "Con Jesús -señaló el obispo- está también, en Caná de Galilea, su Madre. Y esto nos habla de esa presencia siempre cercana de María al lado de su hijo y de la Iglesia naciente en la figura de aquellos primeros discípulos llamados por Jesús. En Caná podríamos decir que también se revela la sencillez y la maternidad de María, una maternidad que acompaña, que es presencia y que es preocupación amorosa por las necesidades de sus hijos. Al mismo tiempo María se revela en Caná de Galilea como intercesora poderosa, como madre consciente de la misión de su Hijo, consciente de lo que Él puede hacer y por eso dice a los servidores: "hagan lo que Él les diga". Y los servidores siguieron las indicaciones de la Madre de Cristo. Esto nos lleva a meditar en la presencia maternal siempre cercana y amorosa de María en nuestras vidas, en las necesidades, en los problemas, en las contrariedades y los sufrimientos que a veces conlleva nuestra vida humana".+ Texto completo de la homilía