Benedicto XVI, un servidor de la Verdad

  • 5 de marzo, 2013
  • Formosa (AICA)
"Benedicto XVI ha sido y es un hombre de corazón sensato. Cuántas veces habrá rezado con el salmista: ?Señor, enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance sabiduría?. Y Dios ha escuchado su oración, cuando ante Él y su conciencia, ha tenido que tomar esta grave decisión. Cuánto debemos, por tanto, aprender de él, no sólo de cuanto nos ha enseñado con sus encíclicas, discursos, catequesis y mensajes, tan claros y diáfanos; sino, con su testimonio de humildad y valentía, su ejemplo de entrega y generosidad a la Iglesia y al hombre del mundo de hoy. Benedicto XVI ha tenido el coraje de decir, repetidas veces, a nuestra generación, que Dios no quita nada al hombre, que la ausencia o negación de Dios falsea la realidad de la vida, y ha instado a colocar, sin vueltas, en el origen, el centro y el fin de la persona humana y de la sociedad, el misterio amoroso y salvífico de Dios, revelado por Jesucristo", destacó el obispo de Formosa, monseñor José Conejero Gallego. A
El obispo de Formosa, monseñor Vicente Conejero Gallego, explicó que la renuncia de Benedicto XVI al pontificado fue tomada "pensando en el bien de la Iglesia" y aclaró que "no significa apartarse de la Iglesia, sino amarla y servirla, a partir de ahora, desde el silencio, la oración y la meditación, modos más adecuados a su edad y situación personal". "¡Qué ejemplo de humildad y sabiduría! Ciertamente el Espíritu del Señor está sobre él", destacó en el editorial del periódico diocesano Peregrinamos. El prelado dijo que muchas personas le preguntaron qué pensaba de esta decisión, a lo que respondió: "Respeto a su libre decisión, admiración por su humildad y valentía, y agradecimiento por su amor y servicio a la Iglesia y al mundo. Este modo de pensar es propio y común de quienes tenemos fe, pertenecemos y amamos a la Iglesia, y también la opinión generalizada de los hombres de buena voluntad". "No han faltado, sin embargo, quienes han hecho lecturas e interpretaciones equivocadas, que no dejan sino traslucir la animosidad y hasta el odio que sienten por la Iglesia; desagrado, hasta llegar a expresar el deseo del fin y desaparición de la Iglesia. ¡Qué necios e ingenuos! No saben o quieren desconocer la promesa de Jesús a Pedro: ?Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella?", recordó. El obispo formoseño sostuvo que "Benedicto XVI ha sido y es un hombre de corazón sensato. Cuántas veces habrá rezado con el salmista: ?Señor, enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance sabiduría?. Y Dios ha escuchado su oración, cuando ante Él y su conciencia, ha tenido que tomar esta grave decisión. Cuánto debemos, por tanto, aprender de él, no sólo de cuanto nos ha enseñado con sus encíclicas, discursos, catequesis y mensajes, tan claros y diáfanos; sino, con su testimonio de humildad y valentía, su ejemplo de entrega y generosidad a la Iglesia y al hombre del mundo de hoy. Benedicto XVI ha tenido el coraje de decir, repetidas veces, a nuestra generación, que Dios no quita nada al hombre, que la ausencia o negación de Dios falsea la realidad de la vida, y ha instado a colocar, sin vueltas, en el origen, el centro y el fin de la persona humana y de la sociedad, el misterio amoroso y salvífico de Dios, revelado por Jesucristo". "Cómo no admirar a este nuevo Pablo de nuestro tiempo, enamorado de Jesús, apóstol, maestro y teólogo de todos, que no ha hecho sino servir a la verdad", exclamó. Por último, monseñor Conejero Gallego pidió que "en el Año de la Fe, agradezcamos a Dios por la vida y el ministerio de Benedicto XVI, que ha sabido defender la verdad de la fe y de la razón, ha sabido asumir la realidad con humildad, que no es otra cosa que la verdad. Y pidamos al Espíritu Santo, que es quien conduce a la Iglesia, nos conceda un nuevo Sucesor de Pedro, según el corazón de Cristo, Buen Pastor".+ Texto completo del editorial