Un sacerdote argentino en la Sala Stampa del Sínodo Panamazónico

  • 25 de octubre, 2019
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El presbítero Facundo Fernández Buils, sacerdote de la arquidiócesis de Buenos Aires y estudiante en

La Ciudad del Vaticano está transitando los últimos días del sínodo de obispos para la Región Panamazónica, que comenzó el domingo 6 de octubre y se extenderá hasta el domingo 27. El presbítero Facundo Fernández Buils, sacerdote de la arquidiócesis de Buenos Aires y estudiante en Roma de la licenciatura en Teología Pastoral, con especialización en comunicación, participó de la cobertura de prensa del Sínodo en la Sala Stampa.

“Como parte de mi camino formativo estoy acreditado en la Sala de Prensa de la Santa Sede y me interesó poder seguir de cerca la comunicación del Sínodo especial de los Obispos para la Región Panamazónica”, explicó a AICA el presbítero Fernández Buils.

Al describir el clima que se vive en el Vaticano, el sacerdote expresó que desde el inicio de la asamblea sinodal, “fue evidente el gran interés de parte de los periodistas y medios de comunicación del mundo por este sínodo. De hecho, se evidencia cada día en los partes de prensa: el auditorio en Vía de la Conciliación 54, está repleto de periodistas, fotógrafos y camarógrafos de medios de todo el mundo. La Iglesia universal tiene sus ojos puestos en lo que se vive estos días en Roma”.

Cada día la Sala Stampa realiza un encuentro con los periodistas acreditados, que dura alrededor de una hora y está coordinado por la vicedirectora de la Oficina de Prensa vaticana, Cristiane Murray. “Esta brasileña, que trabaja en el área de comunicación del Vaticano desde hace casi 25 años, ha acompañado el proceso de este sínodo especial, que empezó hace dos años, cuando el papa Francisco lo convocó en octubre de 2017”, detalló el sacerdote.

Además, en los encuentros está presente el doctor Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para las Comunicaciones y presidente de la Comisión para la Información del Sínodo, y el padre Giacomo Costa SJ, secretario de esta comisión: “Ellos cada día hacen una síntesis de lo que se vive en el Aula Sinodal, buscando destacar los principales temas tratados y ayudar a comprender el proceso sinodal. Esta misma síntesis, los periodistas acreditados la reciben con embargo minutos antes del inicio de la conferencia”.

También cada día se invita a 4 o 5 personas que participan en la Asamblea Sinodal para que puedan compartir su testimonio a los periodistas: “Ha sido impresionante la cantidad de laicos, religiosas y religiosos, sacerdotes, obispos y cardenales de todo el mundo que compartieron su experiencia sinodal, y acercaron al mundo la realidad concreta de la Región Panamazónica”, indicó Fernández Buils.

El sábado 26 por la tarde se votará en el aula del Sínodo el Documento Final que se presentará ante el Papa el domingo en la misa conclusiva. El sacerdote especificó que, si bien no hay declaraciones sobre el documento, se espera que las conclusiones giren en torno a tres grandes desafíos.

En primer lugar, “la invitación es a una conducta ecológica integral, en la línea de Laudato si’, con referencia no solo a la selva amazónica sino también a los pueblos que viven allí, denunciando los extraccionismos, la destrucción de la selva, el problema de las migraciones, la trata de personas y toda violencia contra los pueblos indígenas”.

“Seguramente también se plantearán los desafíos pastorales de la Región Panamazónica: la falta de sacerdotes, las grandes extensiones territoriales, el acompañamiento de las comunidades y los sacramentos, la pastoral urbana, el papel de los laicos, especialmente de la mujer, la formación de los sacerdotes, la vida consagrada y sus desafíos, los nuevos modos de ministerialidad, entre otros”.

Por último, un tema que es claro fruto del trabajo sinodal, según explicó el sacerdote argentino, “es el llamado a una profunda conversión sinodal dentro de la Iglesia, como un modo de vivir la eclesiología propuesta en el Concilio Vaticano II, en una clave de Iglesia Pueblo de Dios, que es universal pero con la riqueza local, con rostros y modos concretos que son fruto de la inculturación del Evangelio, descubriendo la riqueza de la diversidad que nos ayuda a crecer a todos. En definitiva, el sínodo deja una riqueza en muchos sentidos para la Iglesia universal,” concluyó.+