La diócesis de Río Gallegos se une al llamado por la paz social en Chile

  • 25 de octubre, 2019
  • Río Gallegos (Santa Cruz) (AICA)
Carta del obispo y la Pastoral Social

La diócesis de Río Gallegos expresó su cercanía con el pueblo chileno ante la actual y dolorosa realidad que vive el país vecino y se unió a la angustia y zozobra de los hermanos del territorio diocesano que tienen familiares en Chile, su país de origen, y que viven hoy esos acontecimientos que “recuerdan tiempos que solo nos han dejado como saldo heridas profundas”.

Lo hizo en una carta titulada “Si habla tiene que decir la verdad y si no, mejor no hablar” y con las firmas del obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, del presbítero Alejandro León y del Equipo de la Vicaría Episcopal de la Pastoral Social.

En el texto, advierten que “de nada sirven medidas, sean las que fueran, si van teñidas de sangre y recaen sobre un pueblo al que se le priva de la posibilidad de la palabra, aun cuando se manifiesta con sus brazos abiertos y en alto, como el Cristo crucificado, intentando encontrar respuestas que lleven a reconstruir la paz social”.

Por último, piden que el pueblo de Chile “pueda encontrar en sus dirigentes respuestas que tiendan al bien común, la unión y la paz, para construir una sociedad más justa y fraterna e invocan la protección de la Virgen del Carmen, patrona de Chile, para que interceda por su pueblo ante el Señor de la Vida y de la Historia”.

Texto de la carta
“Si habla tiene que decir la verdad y si no, mejor no hablar...”
Mons. Oscar A. Romero. 16 Julio 1978

Si hablamos tenemos que decir la verdad y si no mejor no hablar. Por ello, ante la actual y dolorosa realidad vivida por el pueblo chileno, reflexionamos y decimos: de nada sirven medidas, sean las que fueran, si van teñidas de sangre y recaen sobre un pueblo al que se le priva de la posibilidad de la palabra, aun cuando se manifiesta con sus brazos abiertos y en alto, como el Cristo crucificado intentando encontrar respuestas que lleven a reconstruir la paz social.

Nuestra inmensa Patagonia ha recibido a lo largo de su historia una gran oleada de migraciones pero la más constante ha sido la inmigración chilena; asentándose en su mayoría en la zona sur. Debido a ello nuestra Diócesis cuenta con una numerosa población chilena que ha ido integrándose en nuestra sociedad, hermanándose en el diario vivir y conformando familias argentino-chilenas arraigadas en las distintas ciudades de nuestras provincias.

Por eso nos unimos en la angustia y zozobra de los hermanos de nuestra diócesis que tienen familiares en Chile, su país de origen, y que hoy se encuentran viviendo acontecimientos que nos recuerdan tiempos que solo nos han dejado como saldo heridas profundas.

Creemos que es importante a partir de la Palabra de Dios hacer nuestro el pedido del ciego de Jericó: “Señor, haz que vea!” Lucas 18,41. Proponemos por ello que podamos todos reflexionar sobre la urgencia de cambiar la mirada para poder vivir una verdadera misericordia social: “es hora de concretar esta misericordia social, curando las heridas de los que sufren, consolando con solidaridad y compromiso, venciendo toda indiferencia, haciendo nuestro el grito de auxilio de los más pobres, rompiendo las barreras del egoísmo y la hipocresía, animándonos mutuamente en el compromiso por construir entre todos una sociedad más justa y más fraterna.”

Por todo esto, pedimos que nuestro hermano pueblo de Chile pueda encontrar en sus dirigentes respuestas que tiendan al bien común, la unión y la paz, para construir una sociedad más justa y fraterna e invocamos la protección de nuestra madre, Virgen del Carmen, patrona de Chile, para que interceda por su pueblo ante el Señor de la Vida y de la Historia.
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