Jueves 25 de abril de 2024

"Acercarse a los enfermos con amor", el legado de santa Josefina Vannini

  • 11 de noviembre, 2019
  • Buenos Aires (AICA)
En el marco de la Jornada Nacional del Enfermo
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Con una misa presidida por el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, la congregación de las Hijas de San Camilo honró a su patrona, santa Josefina Vannini, en la Jornada Nacional del Enfermo.



En su homilía, el purpurado expresó: “La catedral se viste de fiesta para recibir a una hija predilecta del padre, santa Josefina Vannini”, a quien describió como una “hija de la resurrección” que “espera la promesa del Señor en la comunión de los santos”.



“Hoy la liturgia quiere dejarnos una enseñanza, pero no cualquier enseñanza: es el centro de nuestra fe: la resurrección, somos hijos de la resurrección”, señaló.



En ese sentido, consideró: “Aquí hay un ejemplo, santa Josefina es una hija de la resurrección, en la comunión de los santos”.



“Ella se encontró con Jesús sacramentalmente, y le infundió un fuego en su interior, que le duró la vida entera. Un llamado que maduró no sin inconvenientes. Desde su primer encuentro fue madurando ese llamado, no sin incomprensiones de quienes creían conocerla”, advirtió.



“Pero Dios, que sabe mirar dentro de cada uno de nosotros, aprecia la belleza única e irrepetible de cada hijo, de cada hija. Él supo ver en Josefina otra cosa, la que es imperceptible a los ojos de quienes nos rodean”, continuó, y citando al profeta Isaías, expresó: “Eres precioso a mis ojos, eres estimado y yo te amo”.



“Josefina fue joven y de joven se hizo fuerte en la espera, porque su vocación tardó en concretarse como Dios quiso. Ella se hizo fuerte en el amor del Señor, aquel amor que conoció con ardor en su primera comunión, y que lo volvió a repetir en cada comunión. Un amor de todos los días, dice el papa Francisco.

Discreto y respetuoso, amor de Dios, amor de libertad y para la libertad. Gustó del amor que cura y que levanta, es el amor del Señor, que sabe más de levantar que de caídas, de reconciliación que de prohibición, de dar nuevas oportunidades que de condenar, es un amor del Señor, más de futuro que del pasado”.



“La fuerza del carisma de las Hijas de San Camilo, primero fraguaron el corazón de Santa Josefina. Tuvo a San Camilo de Lelis como su obligado punto de referencia”, recordó el cardenal Poli. “Ustedes saben que San Camilo, más que escribir una regla, la dejo testimoniada en la atención dedicada y perseverante de los enfermos, para él los más pobres de los pobres”, destacó.



“Seguramente la joven Josefina se preguntó por la espiritualidad camiliana, cuando escuchó algunas de las frases de la tradición. Se decía que San Camilo solía repetir: 'A los enfermos se los atiende con caridad, con paciencia y humildad`", citó, y añadió: “Servir a los enfermos y a los pobres, y morir por ellos, es todo mi bien”.



Finalmente, recordó una frase “que actualiza mi devoción”, un consejo que San Camilo daba a sus seguidores, a la familia camiliana de los primeros años: “Si se acercan a los enfermos, háganlo con el mismo amor que una madre cuida de su único hijo enfermo”.



Refiriéndose a Santa Josefina, destacó: “Desde el tiempo en que constituye a sus hijas, que no las llama sus hijas, las llama Hijas de San Camilo - y esto ya habla de su humildad - me hace acordar a la espiritualidad de San Juan Bautista. Ese es el cordero de Dios, a Él tienen que seguir. Ustedes, Camilas, es a San Camilo a quien tienen que seguir. Es la dirección que ha trazado ella”.



“Esto habla de su grandeza de alma. Y el principal legado espiritual que la fundadora dejó a sus hermanas es la pura y simple asistencia, física y espiritual, de los enfermos. Otra carta magna, acercarse a ellos con amor”, resaltó.



“Dios la hizo esperar para conocer su carisma, pero cuando explotó, recibió toda la gracia del Altísimo. En pocos años, casi 20 años, la familia camiliana y las Hijas de San Camilo, dedicadas al cuidado de los enfermos se consolidarían en todo el mundo”, destacó.



“No tenemos otra vocación que la de la santidad. Entonces, honrándola a ella, se agita el agua de nuestro bautismo, se mueve un poquito, y nos dice que cada uno de nosotros estamos llamados a estar al lado de ella”, concluyó.+