Miércoles 24 de abril de 2024

Argentinos y chilenos rezaron por la paz a los pies del Cristo de Tromen

  • 11 de marzo, 2016
  • Junín de los Andes (Neuquén) (AICA)
Chilenos y argentinos rezaron por la paz a los pies del Cristo del Tromen, en el marco de una misa que desde hace más de 65 años hermana a fieles de las dos naciones en el paso fronterizo Mamuil Malal de Curarrehue. La misa fue presidida por el obispo de Villarrica, monseñor Francisco Javier Stegmeier, y concelebrada por monseñor Virginio Bressanelli SCJ, quien en la homilía destacó: "Es muy bonito lo que se ha hecho en este lugar para poder compartir con fraternidad. Entre los pueblos debemos ser uno, acá estamos unidos por la fe a pesar de estar separados por una frontera".
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Chilenos y argentinos rezaron por la paz a los pies del Cristo del Tromen, en el marco de una misa que hace más de 65 años hermana a fieles de las dos naciones en el paso fronterizo Mamuil Malal de Curarrehue.

La celebración eucarística fue presidida por el obispo de Villarrica, monseñor Francisco Javier Stegmeier, quien agradeció a las parroquias chilena de Curarrehue y argentina de Junín de los Andes por la organización del encuentro.

"Aquí expresamos nuestra fe y Dios nos llama a ser uno. Suplicamos al Señor, que siempre estemos en paz unos con otros en este momento tan especial", subrayó el prelado chileno.

La misa fue concelebrada por el obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli SCJ, quien destacó que "éste es un encuentro muy alegre y festivo. Es muy bonito lo que se ha hecho en este lugar para poder compartir con fraternidad".

"Muchas familias chilenas y argentinas han llegado como cada año para reunirse aquí con unidad. Entre los pueblos debemos ser uno, acá estamos unidos por la fe a pesar de estar separados por una frontera", aseguró el prelado argentino.

La misa y encuentro en el paso fronterizo surgió por iniciativa del padre Francisco Subercaseaux, capuchino, quien era párroco de Pucón y misionero en la zona de la Araucanía chilena aledaña a su parroquia.

El Cristo Crucificado de Tromén fue bendecido el 26 de febrero de 1950.

El sacerdote y luego obispo fue el responsable de la obra, cuyo objetivo fue reflejar su voluntad de contribuir al fortalecimiento de las relaciones de paz entre Chile y la Argentina, que en ese tiempo estaban inmersos en disputas limítrofes.

Desde entonces, las comunidades de Junín de los Andes, Curarrehue, Pucón y Villarrica, se reúnen para rezar por la paz y recordar a aquel sacerdote pionero.+