Cierre de las actividades de la Escuela Pastoral y Ministerial "San Esteban"
- 21 de noviembre, 2012
- Formosa (AICA)
El centro de formación "San Esteban", que lleva 20 años de trabajo en la diócesis de Formosa, entregará el viernes 23 en la catedral Nuestra Señora del Carmen, durante el transcurso de la misa de las 20, los certificados correspondientes a los alumnos que culminan sus estudios. Este centro de capacitación abre sus puertas a los agentes de pastoral que desarrollan sus actividades en las comunidades parroquiales de la capital provincial e interior y que desean adquirir y profundizar su formación teológica y pastoral.
Este centro de capacitación colabora desde hace 20 años en la educación de los agentes de pastoral que desarrollan sus actividades en las comunidades parroquiales de la capital provincial e interior y que desean adquirir y profundizar su formación teológica y pastoral.
El cursado de la carrera tiene una duración de cuatro años, con clases presenciales los martes y jueves entre las 20 y las 22, en las instalaciones de la Escuela de la Comunidad Salesiana de Don Bosco.
Mensaje del obispado
Con motivo del egreso de los alumnos que terminan sus estudios en la institución educativa, el obispado de Formosa difundió un mensaje en el que se refiere a la importancia de la formación integral para la actividad pastoral.
Desde los escritos del Magisterio de la Iglesia, hasta los autores más reconocidos, no cesan de repetirnos la importancia de la formación, es por ello que damos la bienvenida todos hombres y mujeres que tras un gran esfuerzo han logrado la cristalización del proyecto de formación integral, en lo doctrinal, lo teológico, lo humano y pastoral. De hecho, el Plan Diocesano de Pastoral contempla a la formación permanente como una de sus prioridades.
A quienes egresan, un merecido reconocimiento por la disponibilidad constante para adquirir los conocimientos necesarios que a partir de ahora y en más, se expresarán en términos de discernimiento, oración, apostolado, verificación personal y comunitaria, que ayudan cotidianamente a madurar la identidad creyente y en la fidelidad creativa a la propia vocación en las diversas circunstancias y fases de la vida.
El Catecismo de la Iglesia Católica, hermoso y preciso instrumento, les ayudará, seguramente a anunciar y a compartir esa fe de los discípulos en Jesucristo. El Concilio Vaticano II, ejercicio de comunión bajo el Espíritu Santo donde la Iglesia mira al mundo en que vivimos, les orientará acerca de cómo debemos anunciar a Jesucristo.
La Carta Pastoral por el Año de la Fe, recientemente presentada por monseñor José Vicente Conejero Gallego, propone formularnos, personal y comunitariamente, algunas preguntas, con el fin de profundizar nuestra fe, aumentarla y testimoniarla, para alcanzar, con la ayuda del Espíritu, la plenitud y madurez de la vida en Cristo.
En dicha misiva en el punto 2 dice: "Jesús es nuestro único Maestro"? y plantea algunos interrogantes: ¿A quién escucho; a quiénes escuchamos? ¿A mí mismo; al mundo? Sabemos y creemos que las palabras de Jesús son espíritu y vida, que Él habla con autoridad, su palabra es transformadora y permanece para siempre. Además, cuando tenemos alguna duda sobre algún tema importante, ¿Buscamos formar debidamente nuestra conciencia para entender correctamente, y obrar con rectitud, haciendo el bien?".
En este tiempo en que transitamos el Año de la Fe, una fe que se vive e invita a la alegría, una fe que ilumina y ensancha horizontes nuevos a la razón. La fe que los discípulos viven y quieren testimoniar sin duda también tiene que ser anunciada, enseñada. La Iglesia tiene como misión anunciar a Jesucristo, anunciar el Evangelio con su vida, con el testimonio de los discípulos, y ese testimonio sólo es posible realizarlo desde la fe, desde la conversión que nos pone realmente en camino de Jesucristo por medio de su gracia. +
