Viernes 19 de abril de 2024

Comunión y liberación: La eliminación del otro no soluciona el drama, lo agiganta

  • 8 de agosto, 2018
  • Buenos Aires (AICA)
Con el título "Un punto común del que partir", el movimiento Comunión y Liberación repasa lo sucedido en el último tiempo en torno al proyecto de ley de aborto, y considera que "abordar la cuestión del aborto es enfrentarse, mirar a la cara a un verdadero drama humano".
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El movimiento Comunión y Liberación emitió un comunicado titulado "Un punto común del que partir", en el que se pronuncia sobre el proyecto de ley del aborto y sus repercusiones en los últimos meses.

"Desde que en el inicio de las Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación el Presidente Mauricio Macri sorpresivamente propusiera el debate sobre la legalización del aborto, se han sucedido numerosas manifestaciones y -en algunas oportunidades- verdaderos diálogos a favor y en contra. Hoy nos encontramos ?luego de la media sanción en la Cámara de Diputados- a la espera de la decisión final por parte del Senado de la Nación", comienza el comunicado.

"Fruto de este tiempo es la evidencia contundente de que abordar la cuestión del aborto es enfrentarse, mirar a la cara a un verdadero drama humano, como lo puede ser -entre otros- un embarazo no esperado frente al cual la mujer debe decidir, muchas veces en situaciones de abandono y soledad. Siendo esto así, llama la atención que lo que para unos es salvar una vida, para otros pueda ser condenar a la muerte clandestina", afirman.

En ese sentido, exponen que "un inicio de respuesta podría encontrarse en una nueva configuración de la conciencia que el hombre tiene de sí mismo: aquello que antes valía la pena custodiar, aquel comportamiento que la sociedad en su conjunto consideraba digno de preservar -como bien puede ser llevar a término un embarazo deseado o no, producto aun de situaciones aberrantes pero que trae consigo otro factor a considerar?, hoy ya no es evidente para todos. Un inicio de respuesta podría, por tanto, encontrarse en reconocer que estamos ante un cambio de época, y, con él, ante un nuevo tipo de sociedad".

Aún considerando este nuevo paradigma de sociedad, plantean, "¿Puede una norma responder al inmenso desafío humano en el que se encuentra la mujer en la situación de un embarazo no deseado? Ciertamente no", aseguran. "Sin ir más lejos, son las mismas voces a favor de la legalización que señalan el argumento irrefutable de que el aborto es un hecho no querido", advierten.

"El meollo de la cuestión no es entonces ?la norma sí, la norma no? sino qué es lo que afirmamos como significado último de las cosas al afrontar la vida, con sus alegrías y dificultades; es decir que el núcleo más central de todo el debate es responder a la pregunta sobre qué es lo que cumple, lo que completa la vida, el destino, el deseo de felicidad inscripto a fuego en cada uno de los seres humanos", añaden.

¿De dónde partir?
"Como no hay valores sin sujeto, para abordar este desafío debemos partir de lo que tenemos en común todos los hombres y mujeres: el corazón", explican. "Mirar y reconocer ese punto común -cargado de exigencias inextirpables de felicidad, de significado, de cumplimiento, de constructividad que todos llevamos dentro- es lo que nos permite afrontar las circunstancias de un modo adecuado y a la altura de nuestra existencia, a la altura de lo que verdaderamente somos", detallan.

"¿Qué hace posible poder mirar y vivir así? Una compañía existencial, donde yo sea mirado por lo que soy, donde mi humanidad sea siempre cautivada y despertada, ayudada a salir del letargo en el que nos sume ?lo ya sabido?, ?la imagen preconcebida del que no piensa como uno?".

"Cuando olvidamos esto en el normal vivir y en el afrontar las cosas, imaginamos que la solución al drama de la vida es eliminar la circunstancia difícil o dolorosa que atravesamos, ?quitárnosla de encima?. Así nos vamos replegando cada vez más sobre nosotros mismos, dejándonos cada vez más solos, aislados ?aún si nos movemos en masa- y por lo tanto vacíos", sostienen.

"Es por ello que, conscientes de la altura de nuestro deseo y de la profundidad de nuestra naturaleza humana, podemos decir que frente a la experiencia de un embarazo no esperado o no deseado, la eliminación de ?otro? no puede ser la solución al drama que se vive -es más, generalmente lo agiganta- puesto que de lo que se trata es de vivir con la mirada puesta en este deseo que ninguna eliminación de circunstancia, por difícil o dolorosa que sea - como bien nos lo ha recordado el Papa Francisco-, podrá aquietar o colmar", insisten, citando al Santo Padre: "Un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno".

"Habiendo dicho esto se abre otra pregunta: ¿Podrá ser justa una ley que no tenga en cuenta todos estos factores? Con el propósito de ofrecer una contribución al debate presente, nos adelantamos a decir que no, y por ello exhortamos a los legisladores a no aprobar la legalización del aborto, sino que, por el contrario, los invitamos a adoptar todas las medidas necesarias para acompañar y proteger toda vida humana no solo desde su misma concepción sino también en cualquier circunstancia de desprotección y soledad en la que se encuentre", concluyen.+