Jueves 28 de marzo de 2024

Coronavirus: La Iglesia en primera línea en el cuidado y proximidad con los enfermos

  • 6 de febrero, 2020
  • Pekín (China) (AICA)
Las comunidades católicas se han movilizado desde el principio para participar en esta "lucha contra el tiempo"
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Desde el surgimiento en China de la epidemia del coronavirus, las comunidades católicas se han movilizado desde el principio para participar en esta “lucha contra el tiempo”: muchos hospitales católicos, empresas y fábricas propiedad de los fieles se han puesto a disposición de las autoridades civiles para recibir a los contagiados o para producir los materiales médicos necesarios.



Organizaciones caritativas católicas, diócesis, parroquias, movimientos eclesiales, sacerdotes, religiosas y fieles laicos individuales están haciendo todo lo posible para responder a las necesidades de la población china, haciendo sentir el apoyo de la Iglesia universal.



“Los suministros médicos y las medicinas se están acabando gradualmente. Nuestros médicos, enfermeras, religiosas y laicos están expuestos al peligro de infección por coronavirus. Como directora del hospital, estoy muy triste y preocupada, pero soy una religiosa y tengo confianza, confío en nuestro Señor Jesucristo y en la protección materna de la Virgen María”, dijo a Fides la directora del hospital católico administrado por las religiosas de la Congregación de la Santa Esperanza, en la diócesis de Xian Xian, en la provincia de He Bei.



“Sabemos que el Papa y la comunidad católica de todo el mundo están rezando por nosotros y están con nosotros: esto nos da mucha fuerza”, expresó la religiosa.



Al igual que en ese centro de salud, muchos otros hospitales dependientes de la Iglesia Católica en China continental están en primera línea para hacer frente a la aparición de la propagación del coronavirus, acogiendo y tratando a las personas contagiadas.



Por otro lado, la jerarquía católica hizo un llamamiento a la oración, al que se unieron miles de comunidades tanto en China continental como fuera del país.



“Jinde Charitie”, la organización caritativa católica más grande activa en China continental, inició una campaña de recaudación de fondos en el que participan entidades internacionales como Caritas Internationalis y diversos países, que hicieron sentir su apoyo después de las palabras pronunciadas por el papa Francisco durante el Ángelus el 26 de enero.



La convocatoria de Jinde Charities recibió una gran respuesta, especialmente en muchos hospitales católicos administrados por órdenes religiosas en todo el mundo.



Según informó Fides, al 5 de febrero, Jinde Charities ha recibido 6 millones de yuanes (equivalentes a unos 800 mil euros) del mundo católico: una suma ya destinada en su totalidad a la compra de los primeros materiales de emergencia.



Del 3 al 5 de febrero, Jinde Charitie proporcionó más de 10 trajes de aislamiento, 100 máquinas para el sistema respiratorio y 30 toneladas de desinfectantes, demostrando concretamente el apoyo de toda la comunidad católica china y la Iglesia universal.



“Somos católicos, nuestro corazón y nuestro mensaje de amor es universal. Allí donde sea necesario, estamos listos para hacer sentir nuestra cercanía y caridad con la humanidad que sufre, sin distinciones de religión, etnia o nacionalidad”, expresó el padre Wang Wei, párroco de Shao Lin Kou de la diócesis de Tian Jin.



“Es imposible contar la inmensa movilización de manera generalizada, porque ahora es una acción que toca a todas las comunidades católicas en China continental, que están haciendo su parte, tanto con oraciones, novenas, rosarios como con compromisos concretos”, dijo el sacerdote.



La vida de fe en China también se adaptó a la emergencia (ver Aica), dada la imposibilidad de reuniones de fieles, se recurre a las nuevas herramientas tecnológicas y aplicaciones para compartir las lecturas de la liturgia del día, las palabras de los obispos y las homilías de los sacerdotes en grupos y comunidades de fieles.



Las redes sociales, informó Fides, en la comunidad católica china están llenas de calor humano, fluyen de espiritualidad y también son canales de evangelización porque las personas ven a los bautizados en acción, listos para dar y compartir la esperanza del Evangelio. +