Jueves 25 de abril de 2024

Dios nos pide "la valentía del amor sin cálculos", dijo el Papa

  • 23 de febrero, 2020
  • Bari (Italia) (AICA)
El Papa Francisco celebró la Eucaristía el domingo 23 de febrero en la ciudad italiana de Bari. En su homilía, se centró en "la estrategia" de Jesús, que "ama a todos, aun cuando no es correspondido".
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En el marco de su visita a la ciudad italiana de Bari, el papa Francisco celebró la Eucaristía del domingo 23 de febrero ante una multitud de fieles, entre ellos los obispos participantes del encuentro “Mediterráneo, frontera de paz”.



En su homilía, el Santo Padre citó el texto de Mateo en el que Jesús responde a la ley “Ojo por ojo, diente por diente”, yendo mucho más allá. La “estrategia de Jesús” muestra el modo de proceder de Dios mismo, afirmó el Papa: “El Padre, nuestro Padre, ama siempre a todos, aun cuando no es correspondido”. Él «hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos».



“Si queremos ser discípulos de Cristo, si queremos llamarnos cristianos, este es el camino. Amados por Dios, estamos llamados a amar; perdonados, a perdonar; tocados por el amor, a dar amor sin esperar a que comiencen los otros; salvados gratuitamente, a no buscar ningún beneficio en el bien que hacemos”.



“Amen a sus enemigos y recen por los que les persiguen”, recordó Francisco, y afirmó: “Esta es la novedad cristiana. Es la diferencia cristiana. Rezar y amar: esto es lo que debemos hacer; y no sólo por los que nos aman, por los amigos, por nuestra gente. Porque el amor de Jesús no conoce límites ni barreras. El Señor nos pide la valentía de un amor sin cálculos. Porque la medida de Jesús es el amor sin medida”.



“El mandamiento del amor no es una simple provocación, sino es el espíritu del Evangelio”, sostuvo y profundizó: “El Señor no fue prudente, no hizo concesiones, nos pide el extremismo de la caridad. Este es el único extremismo cristiano: el del amor”.



El culto a Dios se opone a la cultura del odio

En ese sentido, planteó: “¿Qué me preocupa en la vida: mis enemigos, quien me aborrece, o amar?” Y exhortó: “No te preocupes de la maldad de los demás, o del que piensa mal de ti. En cambio, comienza a transformar tu corazón por amor a Jesús. Porque quien ama a Dios no tiene enemigos en el corazón. El culto a Dios es lo opuesto a la cultura del odio”.



Además, insistió en la necesidad de combatir la cultura del odio: “Esta es la revolución de Jesús, la más grande de la historia: la que pasa del odio al amor por el enemigo, del culto a la lamentación a la cultura del don. ¡Si pertenecemos a Jesús, este es el camino!”



“A los ojos del mundo Él es un perdedor, pero a los ojos de Dios es un ganador”, aseguró el Papa y citando la segunda lectura, donde San Pablo nos advierte: «Que nadie se engañe […]. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios», reconoció: “Dios ve más allá. Él sabe cómo ganar. Sabe que el mal sólo se puede vencer con el bien. Nos salvó así: no con la espada, sino con la cruz. Amar y perdonar es vivir como ganadores”.



Finalmente, refiriéndose a la tentación de pagar odio con odio, el obispo de Roma recordó las palabras que Jesús dijo a Pedro y reflexionó: “La solución no es desenvainar la espada contra alguien, ni tampoco huir de los tiempos que nos tocan vivir. La única solución es el camino de Jesús: el amor activo, el amor humilde, el amor «hasta el extremo»”.



“Si la meta fuera imposible, el Señor no nos hubiera pedido que la alcanzáramos. Pero, solos es difícil; es una gracia que debemos implorar. Se necesita pedir a Dios la fuerza para amar, decirle: “Señor, ayúdame a amar, enséñame a perdonar. Solo no puedo hacerlo, te necesito”. Y también pedirle la gracia de ver a los demás no como obstáculos y complicaciones, sino como hermanos y hermanas a quienes amar”.



Francisco animó a la comunidad a orar intensamente “para ser cristianos de verdad” y afirmó: “Elijamos hoy el amor, aunque cueste, aunque vaya contra corriente. No nos dejemos condicionar por lo que piensan los demás, no nos conformemos con medias tintas. Acojamos el desafío de Jesús, el desafío de la caridad. Así seremos verdaderos cristianos y el mundo será más humano”, concluyó.+