Jueves 18 de abril de 2024

El Papa animó a los católicos brasileños a dejarse interpelar por el dolor de los que sufren

  • 26 de febrero, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"La Cuaresma es un tiempo propicio para que, atentos a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, fortalezcamos en nosotros la compasión, nos dejemos interpelar por el dolor de los que sufren y no encuentran a nadie que les ayude", expresó el Santo Padre en el mensaje -difundido hoy Miércoles de Ceniza- enviado con motivo de la apertura de la Campaña de la Fraternidad 2020 promovida durante la Cuaresma por la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil (CNBB), que este año tiene como tema "Fraternidad y vida: don y compromiso".
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“La Cuaresma es un tiempo propicio para que, atentos a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, fortalezcamos en nosotros la compasión, nos dejemos interpelar por el dolor de los que sufren y no encuentran a nadie que les ayude”, expresó el Santo Padre en el mensaje -difundido hoy Miércoles de Ceniza- enviado con motivo de la apertura de la Campaña de la Fraternidad 2020 promovida durante la Cuaresma por la Conferencia Nacional de los Obispos Brasileños (CNBB, que este año tiene como tema “Fraternidad y vida: don y compromiso”.



En su mensaje, el Santo Padre recuerda que la Cuaresma es “un tiempo fuerte de oración y conversión en el que nos preparamos para celebrar el gran misterio de la Resurrección del Señor”. Por ello, durante cuarenta días, señala el pontífice, estamos invitados a reflexionar sobre el significado más profundo de la vida, seguros de que sólo en Cristo y con Cristo encontramos respuesta al misterio del sufrimiento y de la muerte. “No hemos sido creados para la muerte – afirma el Papa citando el pasaje de Jn 10,10 – sino para la vida y la vida en plenitud, la vida eterna”.



Asimismo, el papa Francisco manifiesta su alegría porque por más de cinco décadas la Iglesia en Brasil realiza, en el periodo cuaresmal, la Campaña de Fraternidad, anunciando la importancia de no separar la conversión del servicio a los hermanos y hermanas, especialmente a los más necesitados.



“Este año –precisa el pontífice – el tema de la campaña trata precisamente del valor de la vida y nuestra responsabilidad de cuidarla en todas sus instancias, porque la vida es un don y compromiso; es un presente amoroso de Dios, que debemos cuidar continuamente”. De manera particular, añade, ante tantos sufrimientos que vemos crecer por doquier, que "provocan los gemidos de la hermana Tierra, que se unen a los gemidos de los abandonados del mundo, con un lamento que nos exige otra dirección"; por ello, estamos llamados a ser una Iglesia samaritana.



Tres actitudes fundamentales: ver, sentir compasión y cuidar

En este sentido, el Santo Padre recuerda que, “la superación de la globalización de la indiferencia sólo será posible si estamos dispuestos a imitar al buen samaritano. “Esta parábola, que nos inspira tanto a vivir mejor el tiempo cuaresmal nos indica tres actitudes fundamentales: ver, sentir compasión y cuidar”. Por ello, a semejanza de Dios, que ha escuchado el grito de ayuda de los que sufren, debemos abrir nuestro corazón y nuestra mente para que resuene en nosotros el grito de nuestros hermanos y hermanas necesitados de ser alimentados, vestidos, alojados y visitados.



Hacia el final de su mensaje, Francisco alienta a los fieles de la Iglesia en el Brasil a que, “la Cuaresma es un tiempo propicio para que, atentos a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, fortalezcamos en nosotros la compasión, nos dejemos interpelar por el dolor de los que sufren y no encuentran a nadie que les ayude. Es un tiempo en el cual la compasión se concreta en la solidaridad, en el cuidado”.



El Papa concluye su mensaje invocando la intercesión de Santa Dulce de los Pobres, a quien tuvo la alegría de canonizar en octubre pasado y que fue presentada por los obispos del Brasil como modelo para todos los que ven el dolor del prójimo, sienten compasión y cuidado, pide “al Dios de la Misericordia para que la Cuaresma y la Campaña de Fraternidad, inseparablemente vividas, sean para todo el Brasil un tiempo en el que se fortalezca el valor de la vida como don y compromiso”. +