Sábado 20 de abril de 2024

El Sínodo abordó el drama del narcotráfico

  • 10 de octubre, 2019
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
6ª Congregación general de la Asamblea Especial del Sínodo
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El drama del narcotráfico y sus consecuencias fue uno de los temas centrales que se trataron ayer por la tarde en el Aula del Sínodo. En presencia del Santo Padre, la 6ª Congregación general de la Asamblea Especial del Sínodo se celebró ayer con la participación de 180 padres sinodales, informó Vatican News.



En algunas zonas que componen la región panamazónica, los cultivos de coca pasaron de 12 mil a 23 mil hectáreas, con efectos devastadores debido al aumento de la delincuencia y a la alteración del equilibrio natural de un territorio cada vez más desertificado.



“Es necesario un reclamo a la conversión ecológica”: Que la Iglesia –se dijo en el aula– sea una voz profética para que el tema de la ecología integral entre en la agenda de los organismos internacionales”.



En este sentido, señalaron que la construcción de centrales hidroeléctricas, que conduce a la deforestación de grandes reservas ambientales ricas en biodiversidad, así como los incendios autorizados que destruyen millones de hectáreas de tierra, tienen un impacto muy fuerte sobre el ambiente de algunas regiones, alterando el ecosistema.



La Encarnación, el signo más grande de la inculturación

En las otras intervenciones de los padres sinodales, volvieron a reflexionar sobre el equilibrio entre inculturación y la evangelización e invitaron a mirar el ejemplo de Jesús, tan elocuente. “La Encarnación misma, de hecho, es el signo más grande de la inculturación, porque la Palabra de Dios ha asumido la naturaleza humana para hacerse visible en su amor”, recordaron. “Y esta es la tarea de la Iglesia, llamada a encarnarse en la vida concreta de las personas, como lo han hecho los misioneros en la Amazonía”, exhortaron.



Sinodalidad misionera

En una intervención, en particular, se expresó la idea de que la Amazonía se convierta en un “laboratorio permanente de sinodalidad misionera”, tanto para el bien de los pueblos que viven en la región como para el bien de la Iglesia. Se subrayó también la importancia de la interculturalidad y de las valoraciones de las culturas y de las poblaciones originarias, cuya cosmovisión ayuda en el cuidado del hogar común.



La dificultad de la vocación y los viri probati

Siempre a propósito de la evangelización, se habla de la dificultad de vocaciones sacerdotales y religiosas y nos detenemos en el camino de los viri probati. Se afirmó en una intervención, que esto vendría a debilitar el empuje de los sacerdotes para salir de un continente a otro y también de una diócesis a otra. El sacerdote, en efecto, no es “de la comunidad”, sino “de la Iglesia” y, como tal, puede ser “para cualquier comunidad”.



Otra intervención subrayó que “no se necesitan tanto los ministerios de lo sagrado como los diáconos de la fe”. A continuación, reiteraron la “necesidad de una mayor y mejor formación de los sacerdotes”, y se recordó una apreciación, lejos del clericalismo, de las “responsabilidades de los laicos”.



La piedad popular

Otra intervención se centró en el tema de la piedad popular, un aspecto de la evangelización ante el que no se puede permanecer indiferente: “es una característica fundamental de los pueblos de la Amazonía y, por tanto, hay que cuidarla, como un tesoro en el que resplandece Jesucristo”, se señaló en el aula sinodal. De ahí la idea de que las manifestaciones de la piedad popular son cada vez más acompañadas, promovidas y valoradas por la Iglesia.



Teología de la Creación

La mirada del aula sinodal se amplía, redirigida, a la teología de la Creación, en la cual habita la Palabra de Dios a la humanidad. De ahí la reflexión de los padres sinodales sobre la importancia de un mayor diálogo entre esta teología y las ciencias positivas, ya que olvidar la creación significaría olvidar al Creador mismo, advirtieron.



También hay espacio para la cuestión de la defensa de los derechos de los pueblos originarios de la Amazonia: el diálogo con ellos, –se dijo en la cámara– es importante y ayuda a valorarlos como interlocutores dignos, con capacidad de autodeterminación.



También se debe prestar especial atención al cuidado pastoral de los jóvenes indígenas, divididos como están entre el conocimiento tradicional y el occidental, informa Vatican News.



El papel de la mujer en la Iglesia

La 6ª Congregación contó también con algunos oyentes, delegados fraternos e invitados especiales que tomaron la palabra: en particular, instaron a promover el papel de la mujer, a reforzar su liderazgo en la familia, la sociedad y la Iglesia. La mujer “es la guardiana de la vida, la evangelizadora, la artesana de la esperanza –se dijo en la sala– es la brisa suave de Dios, el rostro materno y misericordioso de la Iglesia”.



Es importante, por lo tanto, “reconocer el estilo del anuncio del Evangelio realizado por las mujeres amazónicas, a menudo silenciosas, pero muy participativas en la sociedad. Y tenemos que fortalecer una sinodalidad de género en la Iglesia”, anunciaron.



Diálogo interreligioso y ecuménico

En el aula del Sínodo también se reflexionó sobre la importancia del diálogo interreligioso, que se centra en la confianza, en “ver las diferencias como una oportunidad, lejos de la colonización religiosa y cerca de la escucha y la conciencia de la alteridad”, informó el medio vaticano.



También se examinó el diálogo ecuménico, destacando la importancia de un camino común para la protección de los derechos de los pueblos indígenas, a menudo víctimas de la violencia, y de los territorios amazónicos destruidos por métodos de extracción depredadores o por cultivos venenosos.



La proclamación común del Evangelio puede ser “una manera de combatir estos horrendos crímenes”, apuntaron. “Los cristianos –añadieron– no pueden permanecer en silencio ante la violencia y las injusticias sufridas por la Amazonía y sus pueblos: anunciar el amor de Dios en los rincones más remotos de la región significa denunciar todas las formas de opresión sobre la belleza de la Creación”.



La Amazonía es un lugar concreto –añadieron después– donde surgen muchos de los desafíos globales de nuestro tiempo, desafíos que nos afectan a todos. Los sufrimientos de los pueblos amazónicos, de hecho, derivan de un modo de vida “imperial”, en el que la vida es considerada una “simple mercancía” y las desigualdades acaban siendo cada vez más notables. En cambio, los pueblos indígenas pueden ayudar a comprender la interconexión de las cosas: la cooperación mundial es “posible y urgente”, declararon los padres sinodales. +