Viernes 29 de marzo de 2024

En memoria del beato Álvaro, Mons. Giorgi llamó a "ser puente frente a esta grieta"

  • 18 de mayo, 2017
  • Buenos Aires (AICA)
El obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Alejandro Giorgi, presidió el 12 de mayo la misa en memoria del beato Álvaro del Portillo, primer sucesor de san Josemaría al frente del Opus Dei. La celebración tuvo lugar en la parroquia Nuestra Señora de Loreto. En su homilía, monseñor Giorgi animó a todos los presentes a seguir el ejemplo de santidad de Álvaro del Portillo siendo puentes de esperanza en todos los rincones de nuestra patria.
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En el marco de la recordación del beato Álvaro del Portillo, monseñor Alejandro Giorgi, obispo auxiliar de Buenos Aires, presidió una misa en memoria del obispo, ingeniero civil y doctor en filosofía, primer sucesor de san Josemaría al frente del Opus Dei.

Al comenzar la celebración, que se llevó a cabo el 12 de mayo en la parroquia Nuestra Señora de Loreto, monseñor Giorgi pidió al Señor "un corazón como el de don Álvaro".

Al reflexionar sobre la vida del beato, señaló: "Me vuelve a sorprender qué hermosa es la santidad. A veces la santidad se ve como una cosa aburrida, demasiado difícil, pero la santidad es una fuente inagotable de felicidad y alegría. Esto es lo que vemos en nuestros santos y, de modo particular, en don Álvaro".

El obispo auxiliar de Buenos Aires continuó su homilía con una frase del beato: "Te pido que en tu actividad tengas también el signo más. Que no seas oposición, que no seas resta, que no seas división. Que seas signo más. A buscar a la gente. Y entre lo tuyo y lo otro, a ver si se puede buscar algo que sea una suma, no una destrucción. El signo más es muy cristiano. Te pido que seas un signo más. No se trata de pensar solo cada uno en sí mismo, o si acaso en sí mismo, en su esposa y en sus hijos. ¡No, Señor! Se trata de vivir fraternidad, de tener mucha caridad, de pensar en los demás, de promover obras de apostolado de tal manera que esta luz de Dios pueda llegar a mucha gente".

Haciéndose eco de las palabras del beato, monseñor Giorgi agregó: "De las cuatro operaciones matemáticas, la única que vale es la suma. Estoy convencido, y nos lo dice don Álvaro, que un cristiano no puede ser resta. No podemos ser división, sean un signo cristiano. A veces nos complicamos la vida multiplicando cosas que no están en el Evangelio, multiplicando preocupaciones, temores, tristezas. Y cuando vemos la vida de un santo como don Álvaro, vemos la simplicidad de Dios, transparentada en un alma limpia, sencilla, alegre, esperanzada", animó, y aseguró que "el secreto es estar en Dios, ser un hombre de luz: toda la vida volcada en el corazón de Dios".

El prelado se refirió también a la necesidad de animarse a seguir el ejemplo de santidad del beato Álvaro y preguntó: "¿Nuestra patria estará así porque no nos animamos a ser santos? Yo creo que no", advirtió, y consideró que "esas grietas necesitan puentes: nosotros".

"Cada uno de nosotros en Cristo, que es el gran pontífice, el gran puente. Jesús ha querido necesitarnos a cada uno de nosotros para ser puente frente a esta grieta. Y no temamos, porque Cristo es más fuerte que cualquier grieta, que cualquier división, que cualquier resta, que cualquier oposición, que cualquier confrontación. Pero a veces al demonio le sale bien la tentación del desánimo, que en último término es decir ´yo no puedo vivir el Evangelio, no puedo seguir a Cristo en esta situación concreta que me está pidiendo ser suma, ser puente´. ¡Qué grande don Álvaro, que nos invita a no cerrarnos en nosotros mismos y ser puentes!".

El obispo se refirió a la beatificación de Álvaro del Portillo recordando que "el papa Francisco destacó que el beato era un hombre que siempre buscó lo positivo en los demás. Un santo no solamente es un hombre a quien se lo ve positivo, sumador, alegre, sereno, propositivo, esperanzado, sino que es una persona que logra sacar de los otros, lo mejor", y llamó a "ser un don Álvaro hoy", a ser positivos, puentes, suma, alegría, una alegría esperanzada, realista, "con el realismo de un hombre de fe, que sabe que Cristo ha vencido".

Al finalizar, señaló que "nuestra Argentina de hoy necesita muchos ´don Álvaro´ en los rincones más insospechados de nuestra patria, en los lugares más encumbrados y en los lugares más olvidados, en las periferias de las que nos habla el Papa Francisco", y pidió a Dios que nos conceda muchos otros "don Álvaro".+