Jueves 25 de abril de 2024

Jóvenes dirigentes comprometidos en política y en pos de un proyecto de país

  • 15 de abril, 2015
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
Más de cincuenta jóvenes dirigentes de los más diversos espacios políticos, sindicales y sociales participaron el pasado 11 de abril del encuentro que organizó el Equipo Diocesano de Jóvenes Dirigentes, integrante de la Pastoral Social de la diócesis de San Isidro. La jornada llevó por lema "La alegría de la Política, para un proyecto de país" y tuvo como objetivo debatir sobre el papel de los cristianos y sus valores dentro de la política nacional.
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Más de cincuenta jóvenes dirigentes de los más diversos espacios políticos, sindicales y sociales participaron el pasado 11 de abril del encuentro que organizó el Equipo Diocesano de Jóvenes Dirigentes, integrante de la Pastoral Social de la diócesis de San Isidro.

La jornada llevó por lema "La alegría de la Política, para un proyecto de País" y tuvo como objetivo debatir sobre el papel de los cristianos y sus valores dentro de la política nacional.

Hubo dos paneles: Uno sobre "Participación política como herramienta para el bien común", a cargo de Luciano Corvalán; Adrián Campos y Martín Palma. Y otro sobre "Política como vocación de servicio" que tuvo como disertantes a José Luis Casares, María Isabel Wertheimer y Tomás Rodríguez.

El encuentro contó con la participación del obispo emérito de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, quien moderó el primer panel. En tanto, monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro, tuvo a cargo el cierre del encuentro.

Conclusiones del encuentro
Los jóvenes dirigentes enumeraron un decálogo de conclusiones.

1º La Participación política es la forma más elevada de caridad cristiana, ya que implica un esfuerzo cotidiano y mantenido, desarrollado en el tiempo libre -normalmente reservado para el ocio y el consumo- realizado con el objeto de mejorar las condiciones de vida de toda nuestra comunidad.

2º Es una obligación moral de un cristiano participar en política, y esto implica que la Fe es un elemento que nutre de legitimidad al sistema democrático, el cual basa precisamente su legitimidad en los procesos electivos y participativos.

3º La brecha que actualmente se observa entre la elite política y el pueblo, es producto del accionar de ambas partes.
Por un lado, el pueblo se ha convertido en un conjunto de consumidores de Derechos, sin asimilar que más allá de pagar los impuestos un Ciudadano tiene Obligaciones Cívicas como contracara de sus Derechos.
Por otro lado la elite política ha perdido la empatía y la misericordia, elementos indispensables para conmoverse por la desgracia ajena y obrar en consecuencia, Cristalizando relaciones de poder que responden a intereses sectarios en lugar de buscar el bien común.

4º La alegría se genera siempre del trabajo común, surge del trabajo con los otros, y de ese trabajo y esa alegría nace el tan buscado Nosotros. La alegría se conquista, la alegría no es una idea, la alegría se vive.

5º Como dirigentes políticos tenemos la obligación de trasmitir a la ciudadanía la alegría que da la esperanza, la fe en nosotros mismos, la fe en nuestros compañeros y compatriotas y la Fe en Dios. Es la esperanza y la alegría la que fomentará por medio de nuestro ejemplo la participación de nuestros conciudadanos.
El político debe saber rescatar aquello que tiene nuestra gente de mejor, de solidario, de generoso. Nuestro pueblo tiene estas virtudes y eso hace que uno se entusiasme apasionadamente por el servicio al prójimo. Servir al pueblo es una fuente de alegría y de esperanza.

6º Como miembros del sistema político, y en el caso en el que lo fuésemos, como miembros del Gobierno debemos actuar con vocación de servicio, misericordia, paciencia y fortaleza.

7º La identidad es un elemento imprescindible tanto a nivel individual, para dar sustento a nuestros valores y decisiones, como a nivel colectivo para consolidar los lazos comunitarios y los actos de genuino amor por el prójimo.

8º El compromiso y la necesidad de participación son un elemento constitutivo de aquellos que tienen vocación de servicio y que encuentran en la política la forma de plasmarla. Como dice el Papa Francisco en el Evangelii Gaundium: "La misión en el corazón del pueblo no es una parte de mi vida, o un adorno que me puedo quitar; no es un apéndice o un momento más de la existencia. Es algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no quiero destruirme. Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo. Hay que reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar. Allí aparece la enfermera de alma, el docente de alma, el político de alma [?]".

9º La fuente del aprendizaje está en los más pobres, ellos nos enseñan porque a través del sufrimiento viven de una forma particular la Fe, la paciencia, la fortaleza.
En la medida en que uno tiende a servirlos, queriéndolos de verdad, tiende a aprender. Cuando uno sirve, y en especial a los hermanos más pobres, hay que quererlos de verdad, respetando y recibiendo la cultura y los valores culturales que nos traen porque hay una experiencia de vida y de sufrimiento que no se puede empardar.

10º Aquellos que se avocan a la política tienen la obligación de pensar, en profundidad y en conjunto, dialogando y buscando el consenso. No se puede renunciar a dialogar en función de estrategias o cálculos electoralistas.
La política debe dar el servicio del pensamiento profundo y colectivo, del dialogo constructivo. Este dialogo debe ser claro, sencillo, confiado y cordial.+