Viernes 29 de marzo de 2024

La comunidad armenia agradeció al Papa el reconocimiento del Genocidio Armenio

  • 25 de junio, 2015
  • Buenos Aires (AICA)
La comunidad armenia en la Argentina agradeció al papa Francisco su "decisivo apoyo al reconocimiento internacional del genocidio armenio". Lo hizo en una celebración de acción de gracias que presidió el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, en la catedral metropolitana.
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La comunidad armenia en la Argentina agradeció al papa Francisco su "decisivo apoyo al reconocimiento internacional del genocidio armenio". Lo hizo en una celebración de acción de gracias que presidió el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, en la catedral metropolitana.

Una multitud llenó todos los bancos y hubo mucha gente de pie, en un acto en el que cantó un coro de un centenar de voces ("Cien Voces para el Centenario") y rezaron, a ambos lados del cardenal, el obispo católico monseñor Vartán Boghossian, eparca armenio de la Argentina y exarca para los fieles católicos de rito armenio en América latina, y el arzobispo Kissag Mouradian, de la Iglesia Apostólica Armenia.

El cardenal Poli recordó que el papa Francisco, respondiendo a un pedido del Católicós armenio católico Narsés Bedrós XIX, celebró una misa en la basílica de San Pedro, en Roma, el 12 de abril de 2015, en la que reconoció el genocidio del pueblo armenio como "el primer genocidio del siglo XX". Expresó que Dios gobierna la historia con su Providencia, con amor y misericordia, e instó a los armenios a seguir adelante, a vivir con esperanza, "que nos viene de la misericordia divina".

A un costado del altar, en el presbiterio asistió el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig. En las primeras filas de bancos estaban varios diplomáticos, entre ellos, los embajadores de Armenia, del Líbano, de Lituania, de Bielorrusia y de Palestina.

El presidente del Centro Armenio, Carlos Manoukian, leyó una carta de agradecimiento de la comunidad armenia, que dice: "Gracias, Santo Padre, por estar con nosotros y alegrar nuestros corazones en este aniversario tan doloroso. Gracias por elevar su voz en apoyo de esta nación pequeña pero valerosa, que ha dado testimonio de fe a través de los siglos".

La carta se encontraba en folletos profusamente distribuidos en la entrada de la catedral, con la foto del Pontífice y el título: "Gracias Papa Francisco". Los folletos traían también el texto completo de las palabras del papa Francisco el 12 de abril, que dice que "aún hoy hay quien trata de eliminar a sus semejantes con la ayuda del silencio cómplice de otros que permanecen como espectadores".

En su mensaje, el Papa dijo que ""esconder o negar el mal es como dejar que una herida siga sangrando sin curarla", señaló que a ese primer genocidio del siglo pasado le sucedieron otros dos: el nazismo y el stalinismo, y denunció "esa suerte de genocidio provocado actualmente por la indiferencia general y colectiva" ante el grito de quienes por su fe en Cristo y su pertenencia ética "son públicamente asesinados, decapitados, crucificados o quemados vivos".

Entre otras personas, asistieron el subsecretario de Culto de la Nación, Juan Landaburu; el director general de Culto Católico de la Cancillería, Luis Saguier Fonrouge; el director de Cultos de la Ciudad, Alfredo Abriani; el subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad, Claudio Avruj; el ex ministro León Arslanian y otros funcionarios nacionales y locales.

Carta de la comunidad armenia al papa Francisco

Querido Santo Padre:
Tenemos el alto honor de dirigirnos a Su Santidad en nombre de su querida comunidad armenia de la República Argentina, que este año vive con emoción y fervor patriótico el centenario del Primer Genocidio del Siglo XX, causa de la desaparición de la milenaria Nación Armenia de sus territorios ancestrales.

Los argentinos de origen armenio, descendientes de los refugiados que al amparo de la generosidad de la Nación Argentina hallaron en este suelo patrio el respeto y la consideración que el destino les había negado en su tierra, han sido testigos conmovidos de sus autorizadas palabras de condolencia y solidaridad.

La inolvidable Misa Pontifical del domingo 12 de abril en la Basílica de San Pedro y la aceptación de la figura de San Gregorio de Narek entre los doctores de la Iglesia Universal fueron hechos históricos que llevaron consuelo y reforzaron los dolidos corazones de la armenidad en el marco de la conmemoración del Centenario.

Sus palabras, querido Santo Padre, resonaron desde el altar de San Pedro para recordar a la humanidad que la adhesión a los principios cristianos de misericordia y perdón constituye el capital más preciado de la Iglesia, y que los mismos no son resignados por sus representantes ni después de alcanzar la máxima jerarquía.

La Nación Armenia, cuya irrenunciable fe en Cristo le valió la persecución y el repetido martirio en el transcurso de su historia de continuo testimonio, estuvo representada por sus más altos dignatarios civiles y religiosos en la inmortal jornada del 12 de abril. Millones de armenios de todo el mundo la siguieron por televisión.

Pero nadie como los armenios de la Argentina y los argentinos de origen armenio vio en el altar al Cardenal Bergoglio, a Monseñor Jorge Mario, al querido Padre Jorge al que todos amamos y admiramos desde nuestra identidad espiritual de católicos practicantes o armenios apostólicos, que siempre nos sentimos amados y respetados por usted.

Los débiles y postergados, los que no podemos exponer más que la fuerza de nuestro espíritu, de nuestra fe y de nuestras convicciones, los que no podemos ostentar nuestro poder terrenal, político o económico, nos sentimos reconfortados por su afecto y su valor para defender la verdad.

Nuestra presencia masiva en San Pedro, junto con nuestros obispos Kissag Mouradian y Vartán Boghossian, y dos figuras tan importantes de la Iglesia Argentina, como el Cardenal Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Mario Poli, y el Arzobispo de Córdoba, Monseñor Carlos Ñáñez, constituyó una vivencia única e irrepetible.
Gracias, querido Santo Padre, por estar con nosotros y alegrar nuestros corazones en un aniversario tan doloroso. Gracias por elevar su voz en apoyo de esta Nación pequeña pero valiosa, que ha dado testimonio de fe a través de los siglos y ha sido escarnecida y martirizada, aunque renacida de las cenizas, que espera su visita para recibir sus bendiciones a la vera del bíblico Monte Ararat.

El próximo 24 de junio, en la ceremonia de Acción de Gracias que presidirá el Cardenal Poli en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, rezaremos por Usted, Santo Padre, y elevaremos nuestras oraciones por la paz en el mundo y el cese de la persecución de los cristianos.

Con el amor y la admiración que siempre le hemos dispensado y dirigiendo nuestras oraciones al Altísimo, fuente de toda razón y justicia, lo saludamos con el deseo de que Dios le dé fuerzas para continuar con su histórico apostolado. Comunidad Armenia de la República Argentina.+ (Jorge Rouillon)