Jueves 28 de marzo de 2024

Los salteños celebraron sus fiestas patronales en Rafael Castillo

  • 26 de septiembre, 2016
  • Gregorio de Laferrere (Buenos Aires)
El centro de residentes salteños de Rafael Castillo (provincia de Buenos Aires) celebró días atrás la fiesta en honor del Señor y la Virgen del Milagro de Salta. Monseñor Gabriel Barba, obispo de Gregorio de Laferrere, presidió la misa.
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Monseñor Gabriel Barba, obispo de Gregorio de Laferrere, presidió la misa en honor del Señor y la Virgen del Milagro de Salta, que tuvo lugar en el centro de residentes salteños de Rafael Castillo.

"Con gusto celebro esta Eucaristía y acompaño a la comunidad salteña que se congrega hoy, nacidos o hijos, pero que llevan esta noble sangre de nuestra Patria", manifestó monseñor Barba, y destacó a quienes lejos de la tierra natal, mantienen no sólo la fe sino también las tradiciones "porque la globalización tiene un grave peligro de hacernos perder la propia identidad".

"Las sanas tradiciones nos permiten fortalecer como personas, nos permiten fortalecer nuestras familias, nos permiten decir ?quién soy?, ?quiénes somos?, como personas individuales, como familias particulares pero, especialmente, también como patria argentina", señaló el obispo, y le recordó a los presentes que "nunca estamos solos: ¡Están el Señor y la Virgen del Milagro a nuestro lado! ¡Y la Virgen de pie, junto a la cruz!"

Monseñor Barba pidió a Dios que sea "el que dirija nuestra vida, el que marque nuestro rumbo. Que esto especialmente se lo podamos transmitir a nuestros hijos, y que esto especialmente también lo podamos anunciar a los demás, para que en un mundo donde hay muchas tinieblas porque no se rige de acuerdo a lo que Dios nos ha ido pidiendo, nosotros seamos constructores de un mundo nuevo".

Para finalizar, afirmó que en la vida "puede haber distintos ?terremotos?" y sostuvo que "ahí, más que nunca, es donde está el Señor. Eso descubrió el pueblo salteño y ahí nace el compromiso del pueblo: entre el Pueblo y el Señor y la Virgen".

"Pidámosle a Dios que esta Eucaristía nos ayude a alimentar siempre nuestra fe. Cada día, desde lo pequeño, como decía el Evangelio, siendo fieles en lo poco; para que no haya nada, teniendo cimiento firme, que es Jesús en nuestra vida, que haga temblar ni nuestra fe ni nuestra esperanza, y que nos lleve a todos a una verdadera caridad, para construir un mundo nuevo y mejor", concluyó.+