Viernes 29 de marzo de 2024

Mons. Arancedo: ¿Cuándo comienza el camino de salvación?

  • 10 de marzo, 2018
  • Santa Fe
"El comienzo de este camino de salvación, que tiene su fuente en Jesucristo, es un acto de fe en su persona y misión. Es reconocerlo como el Hijo de Dios enviado para salvarnos y al que debemos escuchar", recordó el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo.
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El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, recordó que el Evangelio de este cuarto domingo de Cuaresma presenta "el camino de la vida cristiana centrada en el amor de Dios y en el envío de su Hijo".

"Vemos la centralidad de Jesucristo en la historia de la salvación, de la cual somos destinatarios. Jesucristo es el testimonio del amor de Dios al mundo y a cada uno de nosotros, creados a ?su imagen y semejanza?, somos la ?obra de sus manos?, y Él no nos abandona. Esta es la primera certeza de la fe: Dios me ama", subrayó en su columna semanal.

Tras señalar que "Jesucristo ha sido enviado por Dios, su Padre: ?no para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él?", destacó que "este aspecto es esencial en el amor de Dios, Él viene para salvarnos".

"Comprender esta realidad es tomar conciencia de nuestra fragilidad y pecado, que no nos quita la dignidad de hijos de Dios, pero sí nos hace saber que necesitamos sanar las heridas para recuperar la grandeza y la belleza con la que hemos sido creados a su ?imagen y semejanza?. Nuestra fragilidad se manifiesta en esa división o desarmonía interior que nos lleva a actuar con un corazón necesitado de salvación", sostuvo, y agregó: "El rostro del pecado es el orgullo y el egoísmo, el rencor y el odio, la mentira y la violencia, de esto debo ser salvado".

Monseñor Arancedo afirmó que "el comienzo de este camino de salvación, que tiene su fuente en Jesucristo, es un acto de fe en su persona y misión. Es reconocerlo como el Hijo de Dios enviado para salvarnos y al que debemos escuchar".

"No se trata ?puntualizó- de un voluntarismo moral que se apoya solo en nuestras fuerzas, sino en tomar conciencia de que necesitamos de una intervención de Dios en nosotros para sanar y orientar nuestra vida: Él es el camino, la verdad y la vida".

"Esta obra Él la cumple en nosotros por la gracia del Espíritu Santo que nos prometió como fruto de la Pascua. Cuando comprendemos y vivimos este camino de Dios que nos tiene como destinatarios, solo cabe una actitud de gratitud, que es paz y alegría de la salvación", concluyó.+

» Texto completo de la alocución


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