Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Cardelli: "María pide para nosotros luz, liberación y purificación"

  • 28 de noviembre, 2014
  • San Nicolás (Buenos Aires)
El obispo de San Nicolás de los Arroyos, monseñor Héctor Sabatino Cardelli, presidió una misa en el santuario mariano como lo hace cada 25 del mes e hizo hincapié en los mensajes que la Virgen María dejó el 1º de enero de 2010. "Ella nos comunica que obediente a Jesús, con quien está asociada, pide para nosotros: luz, liberación y purificación. Tres palabras fáciles de recordar", subrayó. El prelado sintetizó que esta catequesis de María es "una invitación a la santidad, una invitación a ser todos de Dios".
Doná a AICA.org
El obispo de San Nicolás de los Arroyos, monseñor Héctor Sabatino Cardelli, presidió una misa en el santuario mariano como lo hace cada 25 del mes e hizo hincapié en los mensajes que la Virgen María dejó el 1º de enero de 2010.

"Ella nos comunica que obediente a Jesús, con quien está asociada, pide para nosotros: luz, liberación y purificación. Tres palabras fáciles de recordar", subrayó.

El prelado precisó que "la luz de la fe para encontrar a Dios, para encontrarnos con Dios. Esto nos puede parecer ya un mensaje reconocido pero en realidad esta luz de la fe que nos descubre a Dios no lleva al encuentro del Dios definitivo, del Dios verdadero, único".

"La segunda gracia que María nos entrega es la liberación. La liberación nos aleja de la esclavitud para poder ir libremente hacia Dios, esa liberación es el proceso de conversión. Cuando lo conozco a Dios comienzo a confiar, a corresponder, surge en mí la propuesta de adherirme a su proyecto, decirle que sí a lo que quiere de mi", indicó y agregó: "Esta liberación es una gracia que debemos pedir porque siempre tenemos una atadura, una ligadura, una soberbia, una autosuficiencia o algún apego, algún dios muy metido adentro que me tiene sometido, que no me deja ser absolutamente libre, que me domina, me modifica las conductas".

Monseñor Cardelli señaló que "la tercera gracia es purificación, porque conociéndolo a Dios y disponiéndonos libremente a seguirlo, nuestra alma comienza a vivir una pureza tan alta que nos convierte en propiedad de Dios. Somos de Él, somos libres, no dependemos de ningún otro señor, no tenemos dos señores, no podemos decirle que sí a uno y no a otro. La purificación es la respuesta a todos los días, el ejercicio de la santificación".

"Nos damos cuenta queridos cristianos que esta catequesis del 1º de enero de 2010 es una invitación a la santidad, una invitación a ser todos de Dios. Es como dice María de hacer lo que Él diga porque si hacemos lo que Él dice verán a Dios, se liberarán de las ataduras, serán puros, santos. No hay contradicción en la verdad. María como madre y catequista la va desglosando de mil formas para que nosotros la entendamos ahora y la recibamos con un corazón lleno de esperanza y alegría", concluyó.+