Mons. Collazuol animó a ofrecer nuestras familias como un hogar para Jesús

Mensaje con motivo de la Navidad del obispo de Concordia

En un mensaje dirigido a la comunidad de fieles, el obispo de Concordia, monseñor Luis Armando Collazuol, destacó el significado de la Navidad: “Navidad es la fiesta en la que nos detenemos a contemplar al ‘Dios con nosotros’, Jesús, nacido como Niño de María Virgen y cuidado con solicitud por José, en el silencio de la noche y en la humildad de un pesebre”.



“Jesús es el Hijo de Dios que se hizo hombre para llevarnos a Dios, es el Señor de la historia que se ha hecho hermano nuestro, es el Salvador esperado por su pueblo, Israel, pero que llega para todos”, añadió.

“En Navidad recibimos a Jesús en la fe animada por la esperanza, y le ofrecemos nuestras almas y nuestras familias como un hogar en el que hoy pueda habitar, como lo hizo entonces junto a María y José en Belén y luego en la humilde casita de Nazaret, iluminada por la gloria divina”, recordó.



“Al recibir a Jesús, le cantamos como los ángeles en Belén: ‘¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por Él!’. Al contemplarlo con admiración como los pastores, alabamos y glorificamos a Dios por lo que vemos y oímos en su presencia, y contamos a todos que fuera de Él no hay Salvación”.



“Al adorarlo llenos de alegría como los magos, le ofrecemos nuestros dones, el oro de nuestra obediencia a su realeza, el incienso de nuestra alabanza a su divinidad y la mirra de nuestra fragilidad que anhela su redención”, continuó.



“Mientras aguardamos la Navidad, clamamos: ‘¡Ven Señor Jesús!’”, señaló, “y al recibirlo, sobre todo en la paz y la alegría de la Misa de Nochebuena o del día de la Navidad, le decimos: ‘¡Quédate con nosotros, Jesús!’, quédate para que vivamos en nuestro hogar una Navidad permanente, donde todos puedan encontrarte a Ti, que eres ‘consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz’”.



“Al venir al mundo hecho hombre, el Hijo de Dios se hizo solidario de nuestra condición humana. Que también nuestras manos estén siempre tendidas a los que están solos, a los enfermos, a los pobres, a los que sufren, a los desesperanzados, a los alejados de Dios. Que ninguna ambición egoísta ni búsqueda deshonesta manche el deseo de salir al encuentro del Señor sirviendo a los hermanos. Que los afligidos puedan encontrar la misericordia de Dios en la caridad de los cristianos”, deseó el obispo, porque “así, Jesús seguirá llegando a nosotros y brillará su Salvación”, consideró.



“A toda la comunidad diocesana de Concordia, a los hermanos que profesan la fe en Cristo y a los que reconocen al Dios único, a todos los hombres de buena voluntad, a las familias, a las comunidades, a cada corazón, especialmente los que sufren, les deseo una santa Navidad”, concluyó, con su bendición pastoral.+



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