Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Conejero Gallego destacó el llamado vehemente del Papa a la paz en el mundo

  • 10 de enero, 2020
  • Formosa (AICA)
Editorial en el periódico diocesano Peregrinamos.
Doná a AICA.org

El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, aseguró que el mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz de este año “es nuevamente una vehemente llamada a la reflexión y a la responsabilidad, tanto personal como comunitaria, que debe abarcar todas las dimensiones humanas”.



“¿Verdaderamente progresamos en la búsqueda e instauración de la paz, en nosotros mismos, en nuestras relaciones con los demás, con la Casa Común, y la creación entera?”, se preguntó.



“Pareciera que nuestros discursos están llenos de palabras vacías, sin motivaciones ni convicciones profundas, capaces de transformar nuestras vidas”, lamentó en su editorial de enero en el periódico diocesano Peregrinamos.



El prelado formoseño sostuvo que “Francisco insiste en la necesidad de salir al encuentro del otro; del diálogo sincero, basado en la verdad y la justicia, para comprendernos y aceptarnos unos a otros”.



“La paz requiere respetar las diferencias, hacer memoria de las equivocaciones y los abusos de poder para no repetir los mismos errores; erradicar los miedos, las desconfianzas y las amenazas, el afán de predominio sobre los otros, cumplir las promesas y palabras dadas; es necesario, también, ejercer el perdón y la reconciliación, la conversión ecológica y la alegre sobriedad de compartir… etc., pero, por sobre todo, es necesario reconocernos hermanos, ya que una verdadera fraternidad se basa en nuestro origen común en Dios y se ejerce en el diálogo y la confianza recíproca”, puntualizó.



“Cuando deseemos e intentemos ordenar y programar nuestra vida personal, familiar, comunitaria y social en la paz, qué bien y cuán necesario nos vendría reconocer la insondable sabiduría de Dios, recordando aquellas palabras del Apóstol Pablo: ‘Todo viene de Él, ha sido hecho por Él y es para Él. ¡A Él sea la gloria eternamente! Amén’”, concluyó.+



» Texto completo del editorial