Martes 23 de abril de 2024

Mons. Frassia ante el coronavirus: "Oración, caridad y solidaridad"

  • 19 de marzo, 2020
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, expresó su preocupación y de la Iglesia ante la emergencia sanitaria en el país por el coronavirus
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El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, expresó su preocupación y de la Iglesia ante la emergencia sanitaria en el país por el coronavirus, y consideró que en esta situación no hay que “encerrarse” y tener caridad y solidaridad que significa abrirse a los demás.



“Estamos todos preocupados porque estamos ante un hecho que debemos responder; hay que prepararse, hay que ser prudente, que hay que cuidarse no sólo por uno sino por los demás, porque uno puede transmitir las cosas no solo haciéndose mal uno sino haciendo mal a los demás, en especial a los que están cerca. Por esa razón, para no hacer mal a nadie, porque la caridad empieza por casa”, recordó en declaraciones a Radio María del Rosario www.jesuspandevida.info.



El prelado señaló que estas dadas las indicaciones diocesanas para este tiempo de pandemia y hay otras instrumentadas por las autoridades civiles que “hay que seguirlas atentamente”, y planteó tres cosas que consideró “fundamentales”.



“Primero, vivir este momento en el espíritu de la cuaresma que, de alguna manera, nos lleva a una actitud de conversión. En algo hay que cambiar, cada uno sabrá en qué cosas, pero hay que cambiar; la cuaresma es un tiempo, una etapa, un momento de gracia de conversión; cada uno sabrá de qué manera y dónde le ‘aprieta el zapato’, dónde tiene que modificar alguna actitud, porque es importante darle el lugar a Dios para que siga siendo Dios. A veces no se lo damos, lo hemos excluido, nos creíamos omnipotentes, nos creíamos absolutos y el único Absoluto es Dios, por lo tanto esto nos muestra la precariedad de la dificultad y el límite de la fragilidad. Cuaresma tiempo de conversión”.



“En segundo lugar, no replegarse simplemente sino también interceder por los demás. Rezar en familia, rezar una decena del Rosario, rezar alguna jaculatoria, rezar por los médicos, por los enfermeros y enfermeras, por el personal que atiende a los demás; rezar por los enfermos. La intercesión, la oración llega más rápido y es más fecunda que internet ¡por favor, rezar!”



“En tercer lugar, la dificultad y el problema no nos tienen que convertir en individualistas ni en encerrados; tener caridad y la solidaridad que significa abrirnos a los demás, estar atentos a los problemas que las personas tienen. Un mal nunca puede tapar la caridad. La caridad y la solidaridad deben ser superiores a todo mal. A buen entendedor…pocas palabras”, concluyó.



Texto de las disposiciones diocesanas

Queridos hermanos:



En el día de la fecha y ante la situación que es de público conocimiento, me reuní con los Decanos de la Diócesis para escuchar su parecer y discernir juntos cuales serían los pasos que podemos ir dando como Iglesia Diocesana en este momento.

Pero antes que nada, quisiera subrayar lo siguiente.

Creo que es importante tener en cuenta tres aspectos:

En primer lugar, estamos en tiempos de conversión, estamos en Cuaresma, tiempo que prepara nuestros corazones para la celebración del gran acontecimiento de la Pascua. Y ante esto, los pastores tenemos que ponernos a la cabeza. No somos funcionarios, sino elegidos por Dios para estar al frente del pueblo que Él nos confía. Esto debemos tenerlo muy en claro junto con la conversión. Muchas veces hemos dejado a Dios, lo hemos sustituido, hemos compensado con otras actividades, hemos trastocado roles y funciones. Cuaresma es volver a Dios. Tenemos que tener en claro que Dios es lo primero y principal en nuestras vidas y muchas veces esto no se dio. El marco clave en que se inscribe la vida de los creyentes es la Fe y la Cuaresma es un llamado no a lamentarnos sino a convertirnos al Dios Vivo.



En segundo lugar, también tenemos que tener la capacidad de la intercesión. Tenemos que rezar y hacer rezar, y no solo en nuestros templos y en nuestras celebraciones sino en las casas, en las familias, en los distintos lugares en los que nos encontremos, utilizando los distintos medios que tenemos a nuestra disposición. Tomo como un ejemplo entre otro las redes sociales. Las mismas pueden hacer mucho bien en estos momentos.



Finalmente, me parece importante “que no nos agarre el miedo”. No nos sometemos al mal. Ante el mal la Iglesia no se retira. Tenemos que tener una respuesta en la caridad, en la solidaridad, porque es necesario tener en claro que el bien está por encima de todo mal. Tenemos que tener una respuesta positiva y esto implica que no podemos quedarnos ni escondidos ni paralizados. Tener una respuesta de caridad prudente ante esta situación que estamos viviendo es fundamental.



Como ya se dijo en el pasado comunicado del día 13 de mazo “estamos pendientes de las medidas que vayan indicando las Autoridades sanitarias y su aplicación al ámbito de la vida ordinaria de la Iglesia”. Por lo tanto, a medida que se vayan dando mayores precisiones iremos haciendo lo correspondiente por nuestra parte.



Teniendo en cuenta esto, sabiendo que los responsables de tomar las medidas necesarias

para el cuidado sanitario de todos los que asisten a sus templos, son los párrocos y los que hagan de sus veces, y tratando de ayudarlos en esta tarea es que DETERMINO LO SIGUIENTE PARA TODO EL TERRITORIO DE LA DIÓCESIS DE AVELLANEDA-LANÚS:



1. SE POSTERGA EL INICIO DE LA CATEQUESIS Y DEMÁS ACCIONES PASTORALES QUE SEAN

DE GRUPOS NUMEROSOS, HASTA -por el momento- EL DOMINGO DE PASCUA. En la medida de las posibilidades se verá que cada parroquia o comunidad pueda continuar con sus actividades (catequesis, cursos de formación y espiritualidad, etc), de manera virtual. Cada responsable verá la posibilidad de realizarlo poniendo los medios necesarios para que esto se pueda concretar.



2. Los sacramentos en general SE SEGUIRAN ADMINISTRANDO CONFORME A LA

PRUDENCIA que la situación requiere.

3. Los templos parroquiales PERMANECERAN ABIERTOS EN LOS HORARIOS HABITUALES, para permitir el acceso a las personas que quieran rezar en ellos, procurando que exista suficiente espacio entre los fieles y extremando las normas de higiene y velando para cumplir las disposiciones vigentes de ambos municipios, sobre todo en las celebraciones más importantes. .



4. LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA (DOMINICAL Y SEMANAL) SE REALIZARÁ EN LOS

HORARIOS HABITUALES teniendo en cuenta la situación y buscando los recaudos necesarios para cada ocasión.



5. LOS FIELES QUEDAN DISPENSADOS DE LA OBLIGACION DEL PRECEPTO DOMINICAL. Al

mismo tiempo se ruega a los mayores de 60 años que no asistan a ninguna celebración, quedándose en sus casas como una manera de preservar su salud, utilizando los medios tecnológicos existentes para nutrir su vida de fe, aprovechando la ocasión para fortalecer la vivencia de la Iglesia Doméstica.



6. Durante este período de crisis sanitaria la SAGRADA COMUNIÓN SE RECIBIRÁ EN LA

MANO.



7. EL SALUDO DE LA PAZ, AL SER UN RITO OPTATIVO, SE RECOMIENDA SEA OMITIDO o cambiado por un signo significativo que exprese verdaderamente la fraternidad común.



8. Les sugiero que LA COLECTA SE REALICE DESPUES DE LA ORACION POST-COMUNIÓN.

9. Con respecto a la SEMANA SANTA, se darán más precisiones por medio de la Comisión

Diocesana de Liturgia, conforme vayan avanzando los días. Por el momento dispongo que:



a. DOMINGO DE RAMOS: para evitar concentración se bendigan (excepcionalmente

y dadas las particulares circunstancias que nos aquejan) de modo continuado los

Ramos en las puertas de los templos, desligando la Bendición de los mismos de la

Celebración Eucarística, pudiendo hacer varias Bendiciones de Ramos sin la celebración de la Misa.



b. MISA CRISMAL: se celebrará en horario habitual sin asistencia de fieles.

Como dije anteriormente, con el paso de los días iremos dando nuevas consideraciones a fin de dar respuestas a las inquietudes y buscando la manera de caminar en la fe en este tiempo que nos toca vivir.



Les dejo mi bendición de Padre y Pastor. Quedamos unidos en la Oración por todos y cada uno de nosotros, rezando especialmente por los enfermos y por aquellos que los atienden.
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