Mons. Lozano advirtió sobre el riesgo de ser "deshidratados espirituales"

"En 'el desierto de la vida' a veces nos descuidamos, o atravesamos situaciones que nos desbordan. Corremos el riesgo de ser 'deshidratados espirituales'. Nos falta el agua de la fe, de la oración, de

“En ‘el desierto de la vida’ a veces nos descuidamos, o atravesamos situaciones que nos desbordan. Corremos el riesgo de ser ‘deshidratados espirituales’. Nos falta el agua de la fe, de la oración, del encuentro con Jesús”, afirmó el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano.



Al reflexionar sobre el relato evangélico del diálogo entre una mujer samaritana y Jesús, el prelado invitó a hacer como aquella mujer de Samaría y pedirle al Maestro: “Señor, dame de esa agua para que no tenga más sed”.



El arzobispo sanjuanino explicó que “la sed incluso la podemos ‘medir’, o al menos compararla con mayor o menor intensidad. A media mañana podemos ‘controlarla’, y conforme pasan las horas se va volviendo persistente e intensa si no ingerimos líquido”.



“En el plano existencial nos puede suceder algo semejante. Necesitamos mucho, y apenas disponemos de una o dos cucharaditas de agua. Nos quedamos con ganas de mucho más”, precisó y recordó una cita de San Agustín: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en Ti”.



Monseñor Lozano señaló que “en el desierto enfrentamos dos riesgos respecto del agua: el espejismo y la contaminación” y precisó: “En el primer caso corremos tras lo imaginario, la falsa ilusión que nos hace dirigirnos rápido hacia lo inexistente. En el segundo pretendemos calmar la sed con algo que nos hace daño; un bien aparente que esconde el mal”.



“No vayamos detrás de los encantadores de serpientes que endulzan el oído pero son farsantes, como expresa el dicho popular, ‘vendedores de humo’”, advirtió.



Monseñor Lozano completó su reflexión compartió párrafos del documento “Cuidando la Vida construimos nuestros barrios. Algunas consideraciones sobre el drama del aborto” que presentó el Equipo de Sacerdotes de Villas de Emergencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires.