Sábado 20 de abril de 2024

Mons. Lozano: "Apasionados por la vida de punta a punta"

  • 4 de marzo, 2018
  • San Juan
"Quiero referirme a una frase que en estos días he escuchado de manera reiterada: ?yo con mi cuerpo hago lo que quiero", como si el debate sobre el aborto se tratara de reclamar el derecho a decidir sobre el propio cuerpo", afirmó el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, y llamó a apasionarse por la vida "de punta a punta".
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El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, desestimó la frase: "Yo con mi cuerpo hago lo que quiero", al afirmar que quienes la dicen parten del supuesto de que el debate sobre el aborto es el reclamo del "derecho a decidir sobre el propio cuerpo".

"Lo primero que debo decir es que nadie tiene un derecho absoluto o posesivo sobre el propio cuerpo. Puedo decidir cortarme el cabello o pintarlo, usar esmalte para las uñas o dejarlas así, desarrollar más algunas partes por medio de la gimnasia o la dieta. Pero no tenemos el derecho de mutilarnos. No tengo derecho a cortarme dos dedos del pie, total tengo diez. Tenés derecho a depilarte, pero no a cortarte un pie", diferenció.

"Es legítimo donar un riñón a un familiar a quien puedo salvar la vida. Pero allí hay una opción por la salud y no por el supuesto derecho a disponer del propio cuerpo", aclaró, y completó: "Una mirada liberal llevada de lo económico a lo ético o biológico puede ocasionar resultados poco sostenibles".

El prelado recordó, además, que "el embrión no es ?el propio cuerpo? de la mujer. Tiene su propio ADN, distinto del ADN del papá y de la mamá, su propio grupo sanguíneo, latidos en el corazón que van a un ritmo diverso del de la mamá. Es una nueva vida que anida en el vientre materno, pero no es un órgano suyo, como el riñón o el apéndice de la mamá".

"Tenemos que ser conscientes de que la vida y la muerte del otro no nos pertenecen, no son ?mi propiedad?. Lo que se gesta en el vientre materno no es ?algo?, sino ?alguien? con identidad propia", destacó.

El arzobispo sanjuanino señaló que "parte del debate de este tiempo pone su mirada en las situaciones que rodean al embarazo. Cuando esto sucede en un hogar pobre se suman dificultades importantes" y enumeró algunos de ellos: pocos controles médicos debido a las deficiencias sanitarias, alimentación insuficiente, condiciones de vida extremadamente precarias.

"Seguramente vos y yo conocemos muy de cerca personas que han nacido en condiciones muy desfavorables. Pensá en tus vecinos, compañeros de trabajo y estudio. ¿Cambiaríamos los sinsabores y contingencias sufridas, carencias de vivienda o de afecto, por la opción de no haber nacido?", preguntó.

"En mis años de vida escuché montones de relatos desgarradores. Niños y niñas, hoy ya jóvenes adultos, a quienes no les resultó fácil nacer en contextos duros de soledad. Pero siempre agradecieron poder pelear la vida como venga. La vida da posibilidad de reparación, sanación, consuelo, de cambio?; la muerte es inexorable", aseveró.

Por último, monseñor Lozano estimó: "A las mujeres y los varones, que asumen el dolor de haber interrumpido la vida en gestación debemos recibirlos con espíritu abierto a escuchar su dolor, conmovernos de sus relatos y acompañar con la ternura de Dios".+

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