Miércoles 24 de abril de 2024

Mons. Mestre invitó a imitar las virtudes de Simeón

  • 6 de febrero, 2020
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
"Jesús solidario y cercano con los pecadores", "Cristo es fuego y es luz" e "Imitar al anciano Simeón".
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En su reflexión para el domingo de la Presentación del Señor, el 2 de febrero, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, tomó tres frases para guiar su reflexión con el texto evangélico: “Jesús solidario y cercano con los pecadores”, “Cristo es fuego y es luz” e “Imitar al anciano Simeón”.



Jesús solidario y cercano con los pecadores

Al comenzar, el prelado hizo referencia a la fiesta de la Presentación del Señor como “un eco de la Navidad”. Con estos hechos, “queda en evidencia la solidaridad de Jesús con los pecadores dado que participa de la condición humana para así liberar a la humanidad”, explicó monseñor Mestre. Jesús “siendo Dios y Señor, sin pecado, se hace semejante a nosotros para poder expiar nuestros pecados”. En este sentido, Él vivió “sometido a la ley”, “para rescatarnos y llevarnos a una vida nueva”.



Cristo es fuego y es luz

En el segundo punto, monseñor Mestre mencionó que la fiesta, “en conexión teológica y espiritual con la Navidad”, es también fiesta de la luz. Esto lo pronuncia Simeón en su discurso y refleja a un Cristo “cuya luz hoy quiere iluminar las tinieblas y oscuridades de nuestra vida y nuestro mundo”, el que “señala el único camino para la plenitud y la felicidad”. “¡Cuánta luz hace falta en nuestro mundo contemporáneo!”, exclamó el prelado marplatense, y también hizo mención a la imagen del fuego, en la primera lectura.



Imitar al anciano Simeón

Finalmente, destacó la figura del profeta Simeón e invitó a hacer foco en su persona para dejarnos “interpelar por las características que enriquecen su vida en el texto evangélico de hoy”. Por eso, sugirió cinco características del profeta que se encuentran dentro de nuestros limites humanos: “1) justo y piadoso, 2) espera el consuelo de Dios, 3) el Espíritu Santo está en él, 4) se deja conducir por el mismo Espíritu, 5) alaba a Dios”. El obispo de Mar del Plata concluyó deseando: “¡Que en nuestros propios contextos podamos ser hombres y mujeres con una fe tan íntegra como la de Simeón!”.+