Jueves 25 de abril de 2024

Mons. Mestre: La alegría de la resurrección invade toda vida

  • 29 de abril, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
En esta ocasión, señaló tres modos de caminar: "Caminar sin reconocer a Jesús", "Caminar iluminados por Jesús" y "Caminar regresando a Jerusalén".
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El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, reflexionó con sus habituales tres puntitos sobre el Evangelio de los discípulos de Emaús en el tercer domingo de Pascua, en el que “se sintetizan y condensan muchas situaciones de vida en las que hoy nosotros, discípulos misioneros del siglo XXI, nos vemos reflejados e interpelados”, comenzó diciendo.



En esta ocasión, señaló tres modos de caminar: “Caminar sin reconocer a Jesús”, “Caminar iluminados por Jesús” y “Caminar regresando a Jerusalén”.



Caminar sin reconocer a Jesús

Al comenzar, monseñor Mestre visualizó a Cleofás y el otro discípulo: “Tienen el semblante triste y le cuentan a este ‘forastero’ que les pregunta qué les pasa. Ellos responden a modo de catarsis espiritual compulsiva, todo lo que tienen en el corazón. Están mal porque caminan sin reconocer a Jesús”, explicó, y “sin filtro”, le cuentan todo lo que pasa. Monseñor Mestre, comparó este camino con el propio de los “misioneros del siglo XXI”, e invitó a la comunidad a detenerse más en los pequeños detalles que nos hacen reconocer a Jesús.



Caminar iluminados por Jesús

En el segundo punto, se detuvo en la presencia de Jesús, que “ilumina” el momento con su Palabra de modo “firme, claro y contundente”. En este sentido, el obispo marplatense resaltó: “¡Cuántas veces nosotros somos duros de mente y de corazón! ¡Cuántas veces nos cuesta aceptar y creer que Él realmente está vivo y es Dios y Señor!”. Jesús llega para “abrirles la mente y el corazón para que puedan entender vitalmente, evangélicamente el mensaje de la Biblia”. Cuando los discípulos le piden que se quede, y Él accede, “en la fracción del pan, de la Eucaristía desaparece visualmente, pero aparece sacramentalmente y ellos lo reconocen totalmente”, recordó. Entonces hizo referencia a la presencia concreta de Jesús resucitado en cada misa.



Caminar regresando a Jerusalén

En última instancia, monseñor Mestre rescató la actitud de disponibilidad inmediata que adoptan los discípulos al ver a Jesús: “Transitan el mismo camino pero al revés y con la fuerza del Resucitado que les quita el miedo. Ya no con la angustia del comienzo, sino con la alegría de la resurrección del Señor que invade toda la vida”. Una vez en Jerusalén, ponen en práctica la “tarea misionera”: contar lo que les había pasado, “el Señor ha resucitado y da sentido pleno a la vida”.+