Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Urbanc: "Pidamos a Dios una Patria de ciudadanos dignos, justos y amistosos"

  • 10 de julio, 2015
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
"La celebración de la declaración de la independencia nos convoca a hacer propias la lúcida clarividencia y la fe en Dios de los próceres que protagonizaron esta gesta fundacional de nuestra patria", señaló el obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, al presidir el solemne tedeum por el 199º aniversario de la Declaración de la Independencia en el centenario templo dedicado al Señor de los Milagros, ubicado en Choya, frente a la plaza San Juan Pablo II. El prelado también invitó a la feligresía y a las autoridades a pedirle al Señor "una Patria de ciudadanos dignos, justos y amistosos".
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En el marco de los actos conmemorativos del 199° aniversario de la Independencia, el obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, presidió el solemne tedeum en el centenario templo dedicado al Señor de los Milagros, ubicado en Choya, frente a la plaza San Juan Pablo II.

El prelado concelebró la Eucaristía con el presbítero Antonio Bulacio, quien atiende espiritualmente a esa comunidad del sector norte de la ciudad capital.

La celebración eucarística contó con la presencia de la gobernadora de Catamarca, doctora Lucía Corpacci; el vicegobernador, doctor Dalmacio Mera; el intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, licenciado Raúl Jalil, y el presidente del Concejo Deliberante, Víctor Rodríguez, además de otros funcionarios provinciales y municipales.

Los cantos de alabanza a Dios fueron interpretados por el Coro de Cámara de la Municipalidad de San Fernando del Valle de Catamarca.

Monseñor Urbanc se refirió a la fecha patria y al antiguo templo de Choya, inaugurado en 1814, al indicar que "este acontecimiento, que con razón puede ser reconocido como el más saliente de nuestra historia, sucedió escasamente dos años después del comienzo de la acción cultual en este templo que, siendo monumento de la fe y de la historia, nos ayuda a sentir las palpitaciones de la vida patria de aquellos memorables momentos en los que los congresistas reunidos en Tucumán procuraban emanciparse de su rey tomando todas las precauciones para no emanciparse de su Dios y de su culto, porque querían conciliar la antigua religión con la nueva patria".

Asimismo, expresó que "la celebración de la declaración de la independencia, que no sellaba una realidad ya lograda, sino que abría audazmente la era jurídica que debía consolidarse con el paso de los años, nos convoca a hacer propias la lúcida clarividencia y la fe en Dios de los próceres que protagonizaron esta gesta fundacional de nuestra patria".

Monseñor Urbanc dedicó parte de su reflexión a la dignidad de la persona humana, manifestando que "toda persona humana debe ser comprendida siempre en su irrepetible e insuprimible singularidad, por lo que una sociedad no puede ser justa sino solamente en el respeto de la persona humana, que es el fin último hacia el que la sociedad está ordenada. Eso significa que la persona humana en ningún caso puede ser instrumentalizada para fines ajenos a su mismo desarrollo y que no puede ser sometida a proyectos de carácter económico, social o político; como tampoco puede ser obstaculizada en el ejercicio de su libertad, don eminente que Dios dio al hombre para que pudiese tender hacia el bien en sumisión a las normas impuestas por el Sumo Hacedor y en un marco de respeto a las normas cívicas que regulan el orden económico, social, jurídico, político y cultural".

"Sólo el reconocimiento de la dignidad humana hace posible el crecimiento común y personal de todos, por lo que debe ser custodiada y promovida eficazmente por la comunidad en marcha hacia la plena independencia", agregó.

Respecto de los derechos humanos afirmó que "han de ser tutelados y promovidos, en el flujo del poderoso movimiento hacia la identificación y la proclamación de los derechos del hombre, que es uno de los esfuerzos más relevantes para responder eficazmente a las exigencias imprescindibles de la dignidad humana. Derechos cuya raíz se ha de buscar en la misma dignidad que pertenece a todo ser humano y cuya fuente no se encuentra ni en la voluntad del hombre ni en la realidad del Estado ni en los poderes públicos, sino en la naturaleza del hombre y en Dios su Creador".

También recalcó que "a un determinado derecho natural de cada persona humana corresponde en los demás el deber de reconocerlo y respetarlo, por lo que no pueden afirmarse los derechos sin prever una correlativa responsabilidad. En efecto, derechos y deberes son dos aspectos complementarios de una misma relación".

En otro tramo de su mensaje expresó que "para proseguir adelante en el camino de la plena independencia, se hace imperioso basar la convivencia en el amor social, porque la convivencia civil y política adquiere todo su significado si está basada en la amistad civil y en la fraternidad".

El obispo catamarqueño resaltó que "en este día de fiesta, de gratitud y de compromiso, asumamos con decisión el proyecto de los próceres de ayer para continuar hoy con prudente diligencia la marcha hacia una plena independencia, una completa soberanía y una gozosa libertad, preparando con perseverante laboriosidad un mañana cada vez más luminoso, hecho de personas dignas que ejercen sus derechos en el seno amistoso de una comunidad fraterna". Todo esto con la confianza en Dios, como lo hacían los padres de la Patria, quienes "ponían su confianza en Dios, imploraban a la Virgen y se lanzaban con denuedo y audacia hacia las metas que signaron nuestro destino". Por eso, "hoy pidámosle al Señor una Patria de ciudadanos dignos, justos y amistosos".+

Texto completo de la homilía