Jueves 25 de abril de 2024

Museos, Monumentos y Lugares Históricos ante el ataque a San Ignacio

  • 2 de octubre, 2013
  • Buenos Aires (AICA)
Con la firma del profesor arquitecto Alberto Petrina, vicepresidente primero a cargo de la Presidencia de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, el diario La Nación publicó en su muy leída columna Cartas de Lectores, un comunicado en el que dicha Comisión Nacional "manifiesta su más profunda repulsa" al "salvaje atentado perpetrado contra el templo de San Ignacio de Loyola" "uno de los hitos arquitectónicos fundamentales del Barroco rioplatense del siglo XVIII". Texto del comunicado.
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Con la firma del profesor arquitecto Alberto Petrina, vicepresidente primero a cargo de la Presidencia de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, el diario La Nación publicó en su muy leída columna Cartas de Lectores, un comunicado en el que dicha Comisión Nacional "manifiesta su más profunda repulsa" al "salvaje atentado perpetrado contra el templo de San Ignacio de Loyola" "uno de los hitos arquitectónicos fundamentales del Barroco rioplatense del siglo XVIII". Texto del comunicado.

Ataque a San Ignacio
"La Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos manifiesta su más profunda repulsa ante el salvaje atentado perpetrado contra el templo de San Ignacio de Loyola, ya que este acto delictivo reviste una especial gravedad por varios motivos.

"En primer lugar, porque importa un ataque inadmisible a la fe y a las creencias religiosas de gran parte de nuestro pueblo, las que, independientemente de cualquier postura personal, merecen el respeto que amerita toda forma de pensamiento.

"En segundo término, porque no caben en este caso los atenuantes naturales que podrían, si no justificar, al menos intentar comprender una conducta semejante por parte de personas en situación de grave exclusión social: por el contrario, se trata aquí de unos pocos jóvenes cuyo nivel de pertenencia y de formación excluyen tales consideraciones.

"Por último ?y ya dentro del campo de nuestra directa competencia?, por el peligro cierto de destrucción total a que quedó librado uno de los hitos arquitectónicos fundamentales del Barroco rioplatense del siglo XVIII.

"Es oportuno recordar además las acciones que permitieron, durante estos últimos años, recuperar el estado patrimonial original de la iglesia. La gestión de su actual párroco, Francisco Baigorria, resultó determinante por su eficiencia y sentido de la oportunidad, ya que supo enlazar adecuadamente los aportes públicos y los privados.

"Respecto de los primeros, cabe mencionar que el patrocinio concreto del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación alcanzó a la suma de 23.597.091 pesos, invertida desde 2005 a la fecha como parte del amplio plan de restauración de templos históricos del citado organismo.

"A la par, la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación continúa aportando activamente a la concreción de los ciclos anuales de música barroca iberoamericana organizados por la parroquia.

"Es por todo ello que los miembros en pleno de la Comisión que tengo el honor de presidir testimoniamos a nuestro querido vecino y amigo "Pancho" Baigorria nuestra más firme solidaridad, sosteniendo, hoy más que nunca, el auxilio técnico de nuestra institución para contribuir a la feliz conclusión de las tareas de puesta en valor que venimos abordando juntos".

Por qué los trabajos de restauración de San Ignacio
En la carta publicada en La Nación el arquitecto Petrina habla de "las acciones que permitieron, durante estos últimos años, recuperar el estado patrimonial original de la iglesia" San Ignacio de Loyola.

Al respecto se hace necesario recordar que en la noche del 16 de junio de 1955, en el marco de las difíciles relaciones del gobierno del general Perón con la Iglesia, grupos de peronistas atacaron la Curia Eclesiástica y una decena de templos porteños, produciendo destrozos, incendios, robos y actos vandálicos mientras la policía y los bomberos se abstenían de intervenir.

El libro "El llanto de las ruinas", en el capítulo dedicado a la iglesia de San Ignacio, que fue una de esas iglesias atacadas, dice:

"El despacho parroquial y los archivos, de imponderable valor histórico, fueron totalmente destruidos por las llamas.

"Igual suerte corrieron las dependencias de la casa parroquial, previo saqueo de los objetos de valor. El resto fue destrozado.

"La sacristía, de recuerdos coloniales, con sus primitivas cajoneras de principios del siglo XVIII, fue saqueada e incendiada, y todos sus ornamentos, vasos sagrados y muebles quedaron reducidos a cenizas. Algunos fueron robados o resultaron destruidos.

"Parte de los bancos del templo fueron quemados y los demás, junto con los confesionarios, destrozados.

"Uno de los artísticos cuadros del siglo XVIII, pintado por Aucell, y que adornaba el presbiterio, fue quemado; los nueve altares laterales, incendiados o destrozados desde las hornacinas hacia abajo; los vitrales de la mampara, rotos, y quemado el artístico reclinatorio del altar del Santísimo.

"Las hermosas tallas de madera policromadas, obra del célebre tallista del rey de España, fueron destruidas; San José, decapitado; Santiago Apóstol, quemado y degollado a hachazos; Santa Teresa, sin manos ni pies; San Luis Gonzaga, quemado, decapitado, sin manos ni cruz; la Dolorosa, San Miguel y el Cristo de Covadonga, destrozados; y la talla del rey Pelayo y los Cristos, robados.

"Varios ángeles fueron destrozados; los marcos labrados ricamente en plata, los atriles y los artísticos candelabros de talla, rotos; el comulgatorio derribado y en parte destruido; y el púlpito labrado en las Misiones, destrozado.

Por último, "las urnas con las reliquias de los santos mártires Próspero y Clemente fueron profanadas, destrozándolas y desparramando sus sagrados huesos, y la corona de la Virgen de las Nieves, patrona de la ciudad de Buenos Aires desde 1611, robada".

Cuatro siglos perdidos
En la destrucción de los archivos de San Ignacio, se perdieron cuatro siglos de actas de bautismo y matrimonio, lo cual destrozó cualquier intento de investigación genealógica sobre la Buenos Aires colonial.+