Viernes 19 de abril de 2024

"Pese a la simpleza con que expone, el Papa Francisco es un pensador muy lúcido"

  • 16 de marzo, 2015
  • Buenos Aires (AICA)
El P. Robert Sirico, fundador del Instituto Acton, se refirió al pensamiento económico de Francisco, a su próximo viaje a los Estados Unidos y a la situación actual de la Iglesia. "Es un hombre muy complejo, y pese a la simpleza con que expone, detecto en él un pensador muy lúcido", dijo al referirse a Jorge Bergoglio. El P. Sirico vino al país con motivo de la Semana Acton Argentina 2015. Sirico es fundador del instituto que toma su nombre del historiador inglés Lord John Acton (1834-1902), que alcanzó renombre por su famosa frase: "el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente". En la entrevista, hecha por el Dr. Bosca para AICA, el P. Sirico expone sobre diversos temas de ética, economía, religión y política.
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El padre Robert Sirico, fundador del Instituto Acton para el Estudio de la Religión y la Libertad, se refirió al pensamiento económico de Francisco, a su próximo viaje a los Estados Unidos y a la situación actual de la Iglesia. "Es un hombre muy complejo, y a pesar de la simpleza con que expone las cosas, detecto en él un pensador muy lúcido", afirmó Sirico al referirse a Jorge Bergoglio. Además destacó que "en este momento la Iglesia se halla en un punto muy delicado".

El padre Robert Sirico visita la Argentina con motivo de la Semana Acton Argentina 2015, organizada por el Instituto Acton Argentina (www.institutoacton.org)y cuyo evento principal tendrá lugar el próximo miércoles 18 de marzo, de 13 a 18, en el Auditorio Juan Pablo II, Avda. Alicia Moreau de Justo 1600, de la Universidad Católica Argentina.

Fray Sirico es fundador del instituto que toma su nombre del historiador inglés Lord John Acton (1834-1902), quien alcanzó renombre por su famosa frase: "el poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente". La misión de esta institución se inspira en la relación entre la fe y la libertad que se encuentra en la obra de Lord Acton.

El Instituto Acton de la Argentina (IAA) tiene como misión promover una sociedad libre y virtuosa, caracterizada por la vigencia de los derechos personales y la economía de mercado, en armonía con la fe católica.

En esta entrevista, efectuada por el doctor Roberto Bosca para AICA, el padre Sirico expresa su pensamiento sobre distintos temas que entrelazan ética, economía, religión y política.

-El papa Francisco anunció un próximo viaje a los Estados Unidos. ¿Qué visión tiene el catolicismo estadounidense del primer papa americano?
-El sentimiento general entre los católicos estadounidenses es muy positivo. Creo que la mayoría de los estadounidenses disfruta de su estilo informal y de su evidente amor por los pobres y los marginados. Y es reconfortante escuchar sus anécdotas y cuentos "caseros". También creo que algunos de nosotros, en especial los que solemos recibir llamados de los medios de comunicación, con frecuencia mostramos cierta confusión en cuanto a qué significan algunas de sus declaraciones improvisadas. Me he encontrado diciendo, tal vez con demasiada frecuencia: "Verá, lo que el Papa quiere decir es?".

-¿Considera relevante el hecho de que el Papa pertenezca al continente americano y no al continente europeo?
-Cuando me encontré por primera vez con el santo padre, lo saludé en italiano y le dije: "Siamo tutte e due Italo-Americani" (ambos somos italoamericanos). Hizo una pausa un momento y se rió. Al ser él descendiente de inmigrantes, a muchos americanos les resulta muy fácil relacionarse con él, y por supuesto, esto también roza muchos de los intensos debates que hoy ocupan a los Estados Unidos en torno a las políticas inmigratorias.

-¿Hacia dónde cree usted que el Papa está llevando a la Iglesia Católica?
- Para ser franco, debo decir que no estoy para nada seguro de hacia dónde está llevando a la Iglesia. Un día creo que se dirige en una dirección, y otro día tengo una impresión diferente. Es un hombre muy complejo, y a pesar de la simpleza con que expone las cosas, detecto en él un pensador muy lúcido. Esto aparece claramente en su apreciación musical, el tango, y sus referencias literarias. Pero creo que en este momento la Iglesia se halla en un punto muy delicado y que ciertos movimientos e instituciones seculares se alinean en contra de Ella y de sus discernimientos fundamentales en torno a la realidad humana. Es bueno que se vea que la Iglesia llega hasta las periferias de nuestra sociedad y abraza, por así decirlo, a la "mujer sorprendida en adulterio", y que nos distanciemos del legalismo de los fariseos. Pero temo que algunos piensen que esto implica que nunca debe decirse: "Vete, y en adelante no peques más".

-Cuál cree usted que es el problema principal de la Iglesia en los Estados Unidos y a escala global?
-Si tuviera que elegir un solo aspecto principal, elegiría la rápida secularización de nuestras sociedades, porque dentro de ese marco podemos incluir muchos otros males específicos. Avanza a un ritmo velocísimo. Cuando se reemplaza el concepto de Derecho Natural y a su Autor por la idea de una autoridad estatal centralizada, se abre un enorme peligro: contra la familia, contra los procesos económicos y tecnológicos; en definitiva, contra la libertad misma.

-Qué opina usted de la teología de la liberación? ¿Cree que el papa Francisco piensa reivindicarla?
-La Teología de la Liberación, es decir, la Teología de la Liberación expresada en los años setenta y ochenta del siglo pasado principalmente en América Latina, fue un obvio esfuerzo por bautizar a Karl Marx. Eso dijeron muchos de sus proponentes. Tengo en claro, a partir de lo que Jorge Bergoglio hizo como superior jesuita en su país y a partir de lo que dijo como Papa (en especial, en su Carta Apostólica Evangelii Gaudium), que su preocupación por los pobres no se inspira en una ideología o una política, sino en el amor por los pobres que nos enseña Cristo. Esto no significa que no pueda discutirse su interpretación acerca de lo que mantiene pobres a los pobres o de qué instituciones se necesitan para permitir a los pobres salir de la pobreza.

-Por qué cree usted que la palabra "mercado" es mala palabra en la mayor parte del catolicismo latinoamericano?
-Si fuera mala palabra, no habría tantas personas todo el tiempo en los mercados de América Latina. La gente no necesita un título en Economía para saber que necesita de la oportunidad de comprar o vender cosas para mantener y mejorar la vida de sus familias. Nuestra preocupación se despierta cuando empezamos a hablar de "capitalismo". Gran parte de la experiencia que los latinoamericanos tienen respecto de los grandes mercados y negocios se vincula a esos mercados y negocios en connivencia con los políticos o funcionarios de gobierno. Sin duda, debe preocuparnos moralmente que la ventaja de los acuerdos financieros beneficie a los que arriesgan poco o nada en los mercados reales, pero buscan excluir a otros de esos mismos mercados. El verdadero problema surge cuando este tipo de connivencia, lo que yo llamaría capitalismo clientelista, se confunde con una economía libre. Es lo opuesto a una economía libre, y es precisamente este tipo de economía la que mata, para emplear una palabra del papa Francisco.

-¿Cómo entiende usted la opción preferencial por los pobres?
-Entiendo que esto significa que los vulnerables (noción que para el cristianismo incluye a los económicamente desfavorecidos, pero que va mucho más allá de la economía) ocupan un lugar de privilegio en nuestros corazones. Otra frase que San Juan Pablo II asociaba con la opción preferencial por los pobres era la opción preferencial del amor, que llega hasta el fondo de la cuestión y evita que se emplee esta frase con fines ideológicos. Fundamentalmente, radica en actuar hacia los demás como actuó Jesús: amar a los rechazados, los marginados y los olvidados. Sin duda, la expresión primordial de la opción preferencial por los pobres no puede alcanzarse con la mera redistribución de la riqueza, en especial si la riqueza que redistribuyo no es la mía.

-¿Cree que entre los miembros del clero existe un prejuicio hacia el mundo económico?
-Creo que, con algunas notables excepciones, la mayor parte del clero (y también podemos incluir en este grupo a los académicos) siente un prejuicio contra la productividad económica y los negocios porque rara vez tiene experiencia concreta en ellos. Después de todo, pasamos la mayor parte de nuestro tiempo trabajando con personas desfavorecidas en situación de enorme necesidad. Cuando necesitamos dinero, lo recolectamos entre nuestras congregaciones y, en efecto, lo redistribuimos. Pero la gente de negocios, aquellos que tan generosamente nos proveen de ese dinero, no lo recolectan. Lo generan o lo producen. Y al hacerlo, entienden cosas que con nuestra limitada experiencia no sabemos. Creo que para que el clero realmente valore y estime la vocación de los laicos, primero debe entender que gran parte de la vida de esos laicos, y por tanto, gran parte de sus vocaciones, transcurrirá en el ruedo de las finanzas, la empresa y el intercambio de mercado. Si no pueden santificarse allí, jamás llegarán a ser santos.

-¿Cuál fue su reacción cuando leyó Evangelii Gaudium? ¿En algún momento el documento supuso para usted un reto?
-Sí, me sentí interpelado, porque para un católico fiel nuestra primera reacción ante una enseñanza del Papa, no importa de qué nivel (recuerde que no todo lo que el Papa dice es infalible) debe ser una recepción de docilidad y apertura. En especial, aprecié sus consideraciones en cuanto a la prédica y la necesidad de que la Iglesia y sus fieles estén orientados hacia la evangelización y no quedarse meramente en atender a la gente ya presente.

-¿Y en sus referencias a los asuntos sociales y económicos?
-Esto me resultó confuso. Deja muy en claro que no quiere absolutizar el mercado y lo afirma de diversas maneras. Y por supuesto coincido con esto, como puede verse en la labor que desde hace veinticinco años viene realizando Acton Institute en el mundo. No puede referirse a las empresas que emplean gente o proveen bienes y servicios que espera crezcan y se expandan, lo cual afirma en la carta. Muchos comentaristas asumieron que se refería a los Estados Unidos y a otros países occidentales.

Si hablamos de negocios que actúan en connivencia con los Estados, estoy completamente de acuerdo, pero el Papa no parece distinguir entre los mercados globales y el capitalismo clientelista. Casi pareciera que el santo padre observara toda la obra de los negocios a través de la lente del mercantilismo argentino, que difícilmente puede servir de ejemplo de una economía libre. El problema de tender la mano a aquellos excluidos del intercambio económico y sus beneficios radica en no restringir esos mercados, sino expandirlos bajo el imperio de la ley, con una orientación ética como fundamento.

-¿Por qué la persecución de los cristianos es cada vez más despiadada, en especial, en Medio Oriente?
-Por supuesto, la persecución de los cristianos no es nueva, ni siquiera en Medio Oriente. Supongo que parte de la razón estriba en el auge del islam militante que ha sido posible a raíz de incontables errores de las naciones occidentales, incluida la mía, en materia de política exterior. Eso combinado con el sofisticado uso de nuevas tecnologías que les permiten reclutar a jóvenes desilusionados y enojados, movidos por una falsa visión de propósito y dignidad.+