Viernes 29 de marzo de 2024

Por qué los proyectos de ley sobre aborto no deben ser aprobados

  • 28 de noviembre, 2016
  • Buenos Aires (AICA)
El boletín del Centro de Bioética, Persona y Familia incluye en su última entrega un resumen de la exposición que la Lic. María Inés Franck pronunció, en representación de dicho Centro, en la reunión informativa de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación el 17 de noviembre, que trata los proyectos de ley sobre el aborto.
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El boletín del Centro de Bioética, Persona y Familia incluye en su última entrega un resumen de la exposición que la licenciada María Inés Franck pronunció, en representación de dicho Centro, en la reunión informativa de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación el 17 de noviembre.

Después de haber leído los tres proyectos de ley que está comenzando a tratar la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados de la Nación, la licenciada Franck expone una serie de consideraciones que explican por qué no pueden ser aprobados dichos proyectos de ley.

No se menciona al niño por nacer
Los tres proyectos presentan una invisibilización de la persona por nacer, tal como está ya reconocida en los términos del art. 19 del Código Civil y Comercial y del art.2 de la ley argentina de aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño. En efecto, ninguno lo menciona en absoluto, siendo que en nuestra legislación la protección jurídica de las personas por nacer está presente en múltiples normas de todas las jerarquías, desde constitucionales hasta reglamentarias de todo tipo.

Se desprecia al niño por nacer que presenta malformaciones
La consideración de la vida humana enferma y débil que se explicita en los tres proyectos analizados plantea un serio interrogante sobre el tipo de sociedad que quisiéramos construir. En efecto, los proyectos expresan un descarte de la persona por nacer que presenta malformaciones, y esto constituye, además de una discriminación injusta de por sí, una peligrosa señal para el futuro. Además, esta práctica resulta contraria a la Convención sobre los Derechos de Personas con Discapacidad, adoptada por Naciones Unidas en 2006, la cual reclama a los Estados el respeto al "derecho inherente a la vida de todos los seres humanos" y la adopción de "todas las medidas necesarias para garantizar el goce efectivo de ese derecho por las personas con discapacidad en igualdad de condiciones con las demás" (art.10). También condena "toda discriminación por motivos de discapacidad" y garantiza "a todas las personas con discapacidad protección legal igual y efectiva contra la discriminación por cualquier motivo" (art.5, inc.2). Debemos ser inclusivos con toda vida humana, especialmente con aquella que se presenta como más vulnerable y necesitada.

Los proyectos apuntan a un aborto en cualquier caso
La redacción de los proyectos encubre una apertura total al aborto en cualquier caso, en cualquier momento y sin ningún requisito. Desde ya que esta apertura es explícita hasta los 12 o 14 meses según el proyecto de que se trate. Y es implícita en cualquier etapa del embarazo, dada la ambigua redacción de algunas causales que lo permitirían hasta el último momento de la gestación.

Visión ideologizada de la salud de la mujer
4) Los proyectos asumen una visión ideologizada de las problemáticas de salud de la mujer. Dan por descontado que el aborto reducirá la mortalidad materna y se cierran a cualquier otra posibilidad al respecto. Las experiencias de numerosos países demuestran, tanto en uno como en otro sentido, que la legalización del aborto no es para nada una premisa de la disminución de las tasas de mortalidad materna. Los casos de Chile, Polonia e Irlanda, por mencionar sólo algunos, constituyen prueba contundente de que la mortalidad materna disminuye gracias a políticas de protección integral a la mujer embarazada. En el otro lado, las tasas de mortalidad materna de Estados como Turquía, Sudáfrica y otros evidencian que la legalización del aborto es incapaz de reducir las tasas de mortalidad materna. La conclusión es palpable: la legalización del aborto no es un remedio para la mortalidad materna. Habrá que buscar las verdaderas políticas que logren reducirla, pero eso se logra sólo desideologizando el tema y sin asumir presupuestos a priori que nada tienen que ver con la realidad y las comprobaciones científicas. No encarar este desafío es seguir postergando la salud de las mujeres en aras de consideraciones ideológicas.

Visión hegemónica única y cerrada
Vinculado con el cuarto punto, hay que decir que los proyectos atacan con fuerza cualquier visión del tema que tenga visos de "consideraciones personales, religiosas o axiológicas por parte de los agentes de salud". Pero ellos mismos están llenos de consideraciones de este tipo, al imponerse como una visión hegemónica única y cerrada, impidiendo e incluso podríamos decir que persiguiendo las consideraciones no sólo contrarias, sino tan sólo levemente diferentes.

Se ignora olímpicamente y se desprecia la opinión de los médicos
El punto anterior se ve claramente ejemplificado en el tratamiento que realizan los proyectos sobre las convicciones de los médicos y de las autoridades de los establecimientos de salud. De hecho, las ignoran olímpicamente, siendo que la libertad de conciencia constituye un derecho humano básico reconocido al más alto nivel constitucional e internacional. Ni siquiera mencionan el derecho a la objeción de conciencia e incluso los fuerzan a hacerse cargo de situaciones que los violentan interiormente, como cuando se dice que "el profesional actuante sólo podrá eximirse cuando se hubiere hecho cargo efectivamente del paciente otro profesional competente". Y es ésta la única referencia a una hipotética y difícil situación en la que el médico, si se dan todas estas circunstancias, podría evitar llevar a cabo él mismo un aborto: su conciencia, convicciones, juramento hipocrático, principios y valores son invisibilizados junto con la persona por nacer. Algunas expresiones de los proyectos, como "sin menoscabo y distinción alguna", "sin obstáculos ni dilaciones" de ningún tipo y en ningún caso, "que las pacientes no tengan que compartir el lugar con pacientes embarazadas o puérperas", la amenaza incluso penal a "todo acto que conlleve a la reticencia para llevar a cabo un aborto", constituyen amenazas ciertas para los profesionales de la salud.

No contemplan la disyuntiva de salvar una vida u otra
Por último, y a pesar de que se podrían decir muchas otras cosas, quisiera concluir recordando que una propuesta legislativa consciente de los verdaderos problemas actuales en este terreno (que los hay) debería hacer hincapié en la posibilidad de evitar toda discriminación, intentando salvar y promover tanto la vida de la mujer como la de la persona por nacer, evitando lo más posible la disyuntiva exclusiva entre una y otra vida, disyuntiva que se presenta realmente en muy pocas situaciones. No está presente este espíritu en los proyectos que se analizan.

Centro de Bioética
El Centro de Bioética, Persona y Familia, perteneciente a la Fundación Latina de Cultura, se propone incidir de manera decisiva en los debates públicos sobre el valor y la dignidad de la vida humana, la protección del matrimonio entre varón y mujer y la familia, y el derecho de los padres a educar a sus hijos, particularmente en el campo de los proyectos legislativos, la comunicación y la educación, impulsando un conjunto articulado y coherente de iniciativas en favor de la vida humana, promoviendo el mensaje de la cultura de la vida en todos los niveles y ámbitos de la sociedad.