Viernes 19 de abril de 2024

"Un carisma es la irrupción de Dios en la historia"

  • 28 de noviembre, 2017
  • Buenos Aires (AICA)
"Un carisma es la irrupción de Dios en el tiempo, en la historia", expresó Jesús Morán, sacerdote, copresidente del Movimiento de los Focolares, al presentar en el Colegio De La Salle su libro "Tomar el pulso del tiempo, el desafío de la actualización de un carisma", editado por Ciudad Nueva.
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"Un carisma es la irrupción de Dios en el tiempo, en la historia", expresó Jesús Morán, sacerdote, copresidente del Movimiento de los Focolares, al presentar en el Colegio De La Salle su libro "Tomar el pulso del tiempo, el desafío de la actualización de un carisma", editado por Ciudad Nueva.

Estimó que allí se juega la fidelidad, que tiene ver con lo eterno, con lo permanente, lo que Dios ha revelado, y la creatividad, que es la fidelidad a Dios que se manifiesta en el tiempo y en la historia, y nos permite entender lo que Dios ha revelado.

Varios cientos de personas siguieron con interés la presentación, que tuvo un tono de confidencia personal en un ambiente de familia, con claves de espiritualidad compartidas, el 25 de octubre último.

La reflexión se desarrolló a partir de la experiencia de Chiara Lubich y sus jóvenes compañeras en Trento, Italia, a fines de la Segunda Guerra Mundial, que originó el Movimiento de los Focolares, aprobado y asumido por la Iglesia y expandido por numerosos países.

Consideró que esas concreciones históricas del Movimiento de los Focolares se tienen que actualizar. Opinó que cada concreción es actualización, está sujeta al tiempo, tiene límites y ninguna actualización es capaz de agotar la comprensión del carisma fundacional.

Afirmó que esas concreciones se pierden en una actualización más grande: insertó al Movimiento de los Focolares dentro de la Iglesia y como movimiento de la Iglesia, dijo, es la Iglesia la que actualiza.

La que actualiza es la Iglesia: en Francisco en el siglo XII, en Teresa en el siglo XVI, en Vicente de Paúl en el siglo XVII, en Teresa de Calcuta en el siglo XX. Indicó que los carismas no son para el fundador ni para sus seguidores, sino para la humanidad. Y hay profecías dentro del carisma -refiriéndose al de Chiara- que no se llegan a concretar hoy, que superan la capacidad del Movimiento de encarnarlas y que él supone que la pueden encarnar junto con otros.

Al agradecer los aportes escuchados en la mesa sobre un libro que tiene que ver con su experiencia de Dios, con cómo vive su historia y concibe su vida, Jesús Morán confesó: "Para mí es distinto gracias a la actualización que hemos hecho hoy aquí". Y deslizó: "Yo que escribo un libro hoy lo comprendo de manera distinta".

El autor dijo que se siente más americano que europeo; nació en España pero llegó muy joven a Chile. "América es el continente donde más he vivido", apuntó.

Presentó al autor el periodista José María Poirier, que condujo el panel, en el que participaron la rabina Silvina Chemen, la economista y docente Cristina Calvo, integrante del Movimiento de los Focolares, y el sindicalista, político y ex embajador ante la Santa Sede Carlos Custer.

La rabina agradeció que la hubieran invitado y evocó con cariño a Chiara Lubich. Consideró que su mensaje de que todos seamos uno no indica que todos seamos idénticos, sino más bien identificados.

Reflexionó sobre algo -el carisma- que para el mundo católico es tan claro pero que desde la tradición judía, dijo, hay que explicar, y que entendió como una actualización que va de la mano con la fidelidad y la tradición, no es una botella cerrada sino que debe ponerse en contacto con la realidad de la gente.

Al final, el autor extendió su mirada a un sistema mundial "que no sabemos quién lo dirige, hay entramados que se nos escapan" y consideró que se necesita que no haya poderes hegemónicos ni controles escondidos, y reconocer que la diferencia es un don, valorable. Calificó como un escándalo que en el siglo XXI haya gente que muera de sed, de hambre.

Al abordar el concepto de fidelidad creativa en el momento actual del Movimiento de los Focolares, Jesús Morán lo explica así: "Creo que la fase posfundacional es también una fase carismática. Existen gracias distintas vinculadas a la fundación, más en la perspectiva de la encarnación; el gran desafío es que el carisma, siguiendo la línea del fundador, se vuelva cada vez más "historia". Por lo tanto es una etapa de servicio a la Iglesia y a la humanidad. Se necesita una madurez diferente. Tenemos que trabajar más juntos, poner en evidencia todos los talentos personales y comunitarios. (...) Ahora Dios nos pide poner en movimiento nuestra inteligencia del carisma, nuestras fuerzas. ¡Y tenemos que hacerlo juntos!"+ (Jorge Rouillon)