Viernes 29 de marzo de 2024

Violento ataque policial contra católicos en Vietnam

  • 20 de septiembre, 2013
  • Nghe An (Vietnam)
Un duro ataque contra fieles de una parroquia católica en la provincia de Nghe An, Vietnam, se produjo el 5 de septiembre, cuando la gente exigía a las autoridades la libertad de dos creyentes injustamente detenidos. Los los uniformados abrieron fuego para dispersar al grupo, dejando un saldo de 40 heridos. También fueron objeto de la violencia policial los hogares de los católicos en los que destruyeron las imágenes religiosas que encontraron en ellos y pusieron cerco al templo parroquial.
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Un duro ataque contra fieles de una parroquia católica en la provincia de Nghe An, Vietnam, se produjo el 5 de septiembre, cuando la gente exigía a las autoridades la libertad de dos creyentes injustamente detenidos. Según la agencia UCA News, de la que se hace eco la agencia Gaudium Press, los uniformados abrieron fuego para dispersar al grupo, dejando un saldo de unos 40 heridos.

"La mayoría de los heridos recibieron tratamiento médico en la clínica del complejo de la residencia del Obispo, mientras que los graves en la cabeza fueron llevados al hospital estatal local". La versión oficial acusa a los fieles de vandalismo y señala que la reacción de las autoridades fue en respuesta a pretendidos ataques. Los católicos denunciaron que además de los ataques físicos, los hogares de los fieles también fueron objeto de violencia y que imágenes religiosas fueron destruidas durante la violencia.

Este ataque es un trágico capítulo más de un abuso cometido por las autoridades en mayo, cuando impidieron a los católicos visitar el Santuario de San Antonio de Padua. La multitud retuvo a tres agentes de seguridad como represalia, los que fueron liberados tras la intervención de varios sacerdotes. Casi un mes después, fueron arrestados dos hombres, Nguyen Van Hai y Ngo Van Kho, acusados de "causar desorden público, herir a oficiales locales y destruir propiedad pública".

El 5 de septiembre, cientos de fieles se dirigieron a las oficinas de las autoridades locales para exigir la liberación de los retenidos, y fueron reprimidos con excesivo uso de la fuerza. Además de los 40 heridos, nueve personas fueron arrestadas, y la parroquia fue cercada por la fuerza pública.

Pese a las promesas gubernamentales y la teórica defensa de la libertad religiosa en la ley, en Vietnam las comunidades de fieles siguen padeciendo con frecuencia hechos de violencia anticristiana y discriminación.

Enérgico rechazo y protesta de la Iglesia
El obispo de Vinh, monseñor Phaolo Nguyen Thai Hop, rechazó el desproporcionado uso de la fuerza por parte de las autoridades para reprimir a los católicos que protestaban por la negativa a liberar a los dos fieles que estaban injustamente detenidos desde junio, ataque que dejó unos 40 heridos en la parroquia de My Yen. "Condeno enérgicamente el comportamiento inhumano y los actos violentos de los poderes públicos", denunció el prelado, quien convocó a los fieles "a orar, ofrecer sacrificios y realizar actos que demuestran la unidad y comunión con la parroquia de My Yen y la solidaridad con las víctimas".

El Obispo anunció además que toda la diócesis de Vinh se unirá en oración: "Cada domingo, las parroquias harán una vigilia de adoración eucarística para orar por Phero Ngo Van Khoi y Anton Nguyen Van Hai (los dos fieles detenidos desde junio), y por todas las víctimas de la violencia", hasta que los católicos sean liberados y los heridos se recuperen.

La Carta Pastoral del Obispo fue acompañada por una declaración del obispo auxiliar de Vinh, monseñor Peter Nguyen Van Vinh, rechazando las informaciones de los medios de comunicación estatales que "distorsionan la realidad y ofenden la reputación y el honor del Obispo y de la diócesis de Vihn ante la población". Los informes culpan a los católicos de supuestos hechos de violencia y vandalismo que habrían motivado la respuesta de las autoridades, por lo cual la diócesis exige la inmediata rectificación de esas informaciones. "Recordamos a los medios de comunicación que publicaron información falsa que deberán asumir toda la responsabilidad por ello".

Nuevos detalles revelados sobre el acontecimiento
La Unión de Medios Católicos de comunicación social de Viet Nam, a la que pertenece el obispo auxiliar de Melbourne, Australia, monseñor Vincent Nguyen Van Long, se sumó a la respuesta católica con un comunicado en el que aporta detalles sobre el hecho denunciado y pide a los organismos de defensa de Derechos Humanos acciones para exigir el pleno respeto de la libertad religiosa en Vietnam.

Según el comunicado, los católicos víctimas de violencia se habían acercado a las oficinas del Comité del Pueblo de Nghi Phuong para dar un feliz recibimiento a los dos fieles católicos, arrestados injustamente en junio, que serían liberados según un acuerdo con el gobierno local firmado el 3 de septiembre.

Al llegar la gente, las autoridades sorpresivamente dijeron que no se llevaría a cabo liberación alguna y negaron el acuerdo previo. En su lugar, ya se había dispuesto un operativo con agentes de seguridad, policía antidisturbios, gases lacrimógenos y perros entrenados. Cuando un grupo pequeño representativo intentó ingresar en las oficinas para reclamar el cumplimiento del acuerdo, se lanzó el brutal ataque. "Muchas personas cayeron desmayadas y el resto huyó presa del pánico en todas direcciones", relató el comunicado.

"Inmediatamente, las fuerzas policiales rompieron puertas, ingresaron a las casas, destruyeron muebles, atacaron a los presentes y asaltaron y arrestaron a los propietarios", continuó el informe. "Incluso más seriamente, rompieron e insultaron imágenes sagradas dentro de la residencia del arzobispo Anton Nguyen Van. Este es un flagrante acto de sacrilegio que insulta severamente su creencia religiosa".

Llamado por la libertad religiosa
La declaración denuncia que 40 personas resultaron heridas durante el ataque, incluyendo mujeres y niños. "Un número de personas aún están en condición crítica, luchando por sus vidas", afirma. Por este motivo pide la oración de los católicos vietnamitas alrededor del mundo y realiza una declaración con cinco solicitudes al gobierno del país.

La primera es "detener inmediatamente los actos de terror contra los feligreses de My Yen". La segunda es "detener la persecución a la Iglesia Católica y otras religiones", además de garantizar la seguridad de todos los lugares de culto. Como tercer punto, exige "acatar la ley promulgada del propio gobierno y devolver todas las propiedades confiscadas a la Iglesia Católica y otras religiones en Vietnam. Finalmente, solicita el "respeto de los derechos humanos y la libertad religiosa como lo afirma la Carta de las Naciones Unidas".+