Francisco les expresó su cercanía a los refugiados del campo de Mytilene y desde allí clamó al mundo: "No permitamos que este 'mar de los recuerdos' se transforme en el 'mar del olvido'".
El Papa se encontró con Su Beatitud Jerónimo II en la sede del arzobispado de Atenas y de toda Grecia, donde hizo hincapié en las divisiones que han amenazado la comunión entre ambas iglesias.
En una oración ecuménica, escuchó testimonios de migrantes llegados a Chipre e improvisó unas palabras porque dijo "no podemos callar" y aseveró que la migración hacia Europa es "la guerra" de hoy.
En el inicio de la misa en el GSP Stadium de Nicosia, monseñor Pierbattista Pizzaballa dio la bienvenida al papa Francisco haciendo un recorrido del papel de la isla en la historia.