"La presencia de María de Luján es un llamado a que tengamos la capacidad de desarrollar la blandura, la ternura, la recepción de los unos con los otros", dijo el arzobispo de Mercedes-Luján.
El obispo castrense presidió la Eucaristía en la fiesta de la Virgen de Luján y animó a "pedirle a María que podamos crecer en la amistad con Dios, cuidarnos como hermanos y querernos más".
Desde Roma, el obispo de San Rafael le envió un mensaje a la comunidad diocesana con motivo de la fiesta en honor de la patrona nacional, en el que pidió que ella "toque el corazón de cada uno".
El administrador apostólico, Mons. Ernesto Giobando SJ, visitó por primera vez la sede y celebró allí la Eucaristía.