"Ese es el camino de la libertad más auténtica", planteó el obispo de San Francisco, y destacó que Jesús encarnó el amor más grande, el que nos invita a vivir y que anima la vida de tantas personas.
El obispo de San Francisco sostiene que Dios "está empeñado en que demos fruto" y anima a dejarse podar, para que ese fruto sea abundante.
El obispo valoró la predicación de la hermana María Luz y, además de una vivencia personal, citó testimonios de los sacerdotes que participaron de esa instancia espiritual.
"Lo que tal vez nos falta es saber escuchar esa voz. O que alguien nos enseñe a escucharla", plantea el obispo de San Francisco en su reflexión sobre el Domingo del Buen Pastor.