Fueron asesinados por turbas sanguinarias en las llamadas masacres de septiembre durante la Revolución Francesa.
Los trabajos de protección y consolidación de la catedral, que comenzaron el 16 de abril de 2019 (un día después del incendio), concluyeron según el calendario previsto.
El informe del Observatorio para la Libertad Religiosa indica que "a pesar del confinamiento y la reducción de la actividad social y políticas, los casos aumentaron considerablemente".
Lo afirmó el presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, Card. Seán O'Malley.