Francisco pide intervención de la comunidad internacional y expresó cercanía con el pueblo libanés y con todos los "pueblos atormentados" por las guerras.
El Papa advierte contra ver al diablo "simplemente como un símbolo del inconsciente colectivo" o como una "metáfora" y aconsejó a "nunca dialogar con el diablo".
El Papa Francisco instó a los jóvenes a transformar la economía a través del amor, el testimonio y la esperanza, más que a través del poder o la riqueza.
En sus palabras previas a la oración mariana, Francisco invitó a dejar de lado orgullo y deseos de poder y a estar preparados para servir. Exhortó a no convertirse en "dominadores" sino en "siervos".