El Papa presidió la tradicional celebración de fin de año de las primeras vísperas de la solemnidad de María, Madre de Dios, y el canto del tedeum, en acción de gracias por el año que termina.
En vísperas de la canonización de la beata santiagueña, el obispo de Santiago del Estero presidió la misa de la vigilia en la iglesia San Ignacio de Roma.
Desde el Monasterio de los Jerónimos, en Lisboa, Francisco presidió las Vísperas ante el clero y los religiosos, y reflexionó sobre los conflictos y la falta de esperanza que paralizan al mundo de hoy
En las vísperas de la fiesta de la Santa Madre de Dios, en la Basílica de San Pedro, Francisco recordó al papa emérito y agradeció a Dios por "haberlo entregado a la Iglesia y al mundo".