"El testimonio cristiano de los creyentes reviste una especial importancia para nuestros contemporáneos. Es la hora de los santos, diría San Juan Pablo II", recordó el arzobispo emérito de Corrientes.
El arzobispo emérito consideró que "es preciso no salirse de él, y que el propósito y el esfuerzo cotidiano constituyan un sendero, jamás abandonado, que conduzca progresivamente a la santidad".
"Hoy, la Palabra apostólica, y el testimonio de santidad de los cristianos, hacen las veces de Moisés y los profetas. El mundo actual necesita escucharlos para 'convencerse' de la Verdad revelada"
El arzobispo emérito de Corrientes recordó que el secreto de la evangelización es la "proclamación frontal de la Palabra y el testimonio de santidad", a los que consideró: "Absolutamente inseparables"