"Al desearnos una Pascua feliz, renovadora de nuestra vida -afligida hoy por la persecución y el martirio- nos comprometemos a ofrecer su Buena Noticia a nuestros coetáneos", afirmó.
"La Semana Santa es una ocasión invalorable para renovar la vida cristiana. Para ello es preciso simplificar nuestra personal participación, orientándola a Quien es su centro: Cristo", precisó.
El arzobispo emérito de Corrientes pone el acento en esos calificativos del padre adoptivo de Jesús y esposo de María Virgen, e invita a conocer el "misterio personal" de un hombre pobre y excepcional
"Toda agresión dirigida contra la persona es un sacrilegio", recordó el arzobispo emérito de Corrientes y advirtió que las manifestaciones de la trata "son infinitas y mutan como un virus mortal".